Estamos ante una crisis de “elevada intensidad”, según José Antonio Álvarez, consejero delegado del Santander, que este martes ha presentado los resultados de la entidad hasta marzo. Una rueda de prensa telemática en la que Álvarez apenas ha respondido a las cuestiones planteadas. Cada vez se parece más a Pedro Sánchez: pregúntame lo que quieras que yo te responderé lo que quiera.
Álvarez ha evitado valorar, por ejemplo, las medidas económicas del Gobierno. Además, según él, la situación requiere tomar decisiones en poco tiempo, lo que puede provocar que se tenga que rectificar en más de una ocasión. Y el ingreso mínimo vital, ¿debe ser permanente o sólo durante la crisis? Pues depende, que diría un gallego. Depende del conjunto de medidas. ¿Comprenden?
Lo que sí ha pedido Álvarez es que los políticos se pongan de acuerdo para tomar medidas que nos ayuden a salir de la crisis, llámense Pactos de la Moncloa o Pactos de lo que sea. En cualquier caso, lo que sí debe hacer el Gobierno es comenzar el desconfinamiento -desescalada, le dicen- cuanto antes. Pero otra vez, depende, en esta ocasión de lo que diga Sanidad, porque lo primero es la salud y luego la economía, según Álvarez.
“Ahora no toca hablar de fusiones”, ha respondido Álvarez a Hispanidad. Tampoco de potenciales ajustes de plantilla. De acuerdo, ahora no tiene sentido hablar de echar trabajadores, primero, porque no sabemos cómo ni cuándo saldremos de esta situación -si después del confinamiento los clientes acudirán en masa a las oficinas- y segundo, porque no hay dinero para hacer EREs. En cualquier caso, se trata de una mentira con efecto retardado, porque lo más probable es que las entidades -y no sólo el Santander- reduzcan la red una vez superada la incertidumbre.
Es más, el coronavirus acelerará el proceso, toda vez que los clientes han aprendido a ser digitales tras un mes de confinamiento.