“Un informe jurídico de Jaime Pérez Renovales cura el cáncer”. Esta es la coña entre los abogados del Estado, cuerpo al que pertenece el secretario general del Banco Santander, que fuera, con Soraya Sáenz de Santamaría secretario general de la Vicepresidencia y responsable de la Reforma de la Administración. Por cierto, una reducción del tamaño del Estado y de agilización de la burocracia que, al final, obtuvo media victoria sobre el proyecto inicial.
Renovales regresó al banco una vez que Ana Botín le insistiera, precisamente, a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también abogada del Estado, que no quería soltarle.
Renovales se convirtió en secretario del Consejo, jefe del área jurídica, responsable de Recursos Humanos y de Inteligencia y Seguridad y el hombre más próximo a la presidenta. No es de extrañar que siempre se haya pensado en él como en un numero tres en la línea ejecutiva o incluso como el consejero delegado del primer banco del país.
Los cambios en el Santander coinciden con cierto alejamiento entre Ana botín y Pedro Sánchez
Sin embargo, ahora, pierde la dirección de Recursos Humanos, que pasa a manos de la portuguesa Alejandra Brandao y es previsible, según fuentes de la entidad que pierda otras, hasta quedarse, como su antecesor Benjumea y Cabeza de Vaca, tan solo como secretario del Consejo. ¿Declina la estrella de Renovales? Ah, y también pierde en la nueva división de Talento. Brandao pasará a depender del CEO, José Antonio Álvarez, mientras Roberto di Bernardini (de origen ruso, sin duda), nuevo director de Talento, que reportaba a Renovales, lo hará a partir de ahora a la presidenta.
¿En qué se diferencian Talento y Recursos Humanos, Bernardini y Brandao? Pues que el primero es el jefe de Personal de directivos y de posibles ascensos, mientras el segundo, Brandao, se ocupa… del pueblo?
Renovales abandona Recursos Humanos y se aleja su proyección hacia la cumbre del Grupo
Volvamos a Renovales. El secretario general del Santander escribió, en el diario El País (ver aquí) el martes 25 de agosto, un valiente artículo en defensa de Juan Carlos I… que no gustó en Moncloa. En el artículo se hablaba del legado del anterior monarca, justo en un momento en el que España atraviesa una fase de iconoclastia adolescente y justo cuando Pedro Sánchez encumbra a Felipe VI mientras machaca a Juan Carlos I… y con Podemos y los independentistas apostando descaradamente por la III República.
Mejor no mezclen una cosa con otra pero los cambios en el Santander coinciden con cierto alejamiento entre Ana Botín y Pedro Sánchez. Hasta el momento, Botín era el único empresario español que mantenía más que buenas relaciones con Sánchez. Ahora, sin embargo, Sánchez sospecha que la presidenta del Santander pretende sacar a Podemos del Gobierno, Y Sánchez está muy contento: mientras Iglesias esté a su lado brillará como un estadista moderado. Si el podemita no tira demasiado de la cuerda.