Banco Santander anunció este jueves un duro ajuste en su filial británica que incluye el cierre de casi el 20% de la red (111 oficinas de 563), la salida de unos 600 trabajadores y el cambio de sede a Milton Keynes tras una inversión de 170 millones de euros. La remodelación -más bien revolución- implica, además, que 5.000 empleados podrán teletrabajar si lo desean. De momento, es voluntario.

La pandemia por un lado y la falta de rentabilidad por otro están acelerando los planes de la banca, también en Reino Unido. Se trata de reducir costes aprovechando que los clientes acuden cada vez menos a las oficinas y aumentan las operaciones por internet.

La mudanza a la nueva sede de Milton Keynes implica una profunda remodelación de las ocho oficinas corporativas que el banco tiene en la región: cerrará cuatro de ellas y reducirá el tamaño de las restantes. “La pandemia ha acelerado la tendencia existente hacia un trabajo más flexible”, afirmó el CEO de Santander UK, Nathan Bostock.