No podía ser de otra manera e Hispanidad ha podido constatarlo. Álvarez Pallete, Sánchez Galán y Ana Botín temen pagar los platos rotos del trato despectivo con el que Zarzuela y Moncloa han propinado a Jair Bolsonaro. Ni el Rey, que acudió a la toma de posesión del izquierdista López Obrador, ni el presidente del Gobierno, que no duda en visitar Cuba y estrechar la mano de Raúl Castro, acudieron a la toma de posesión del presidente de la primera potencia de Iberoamérica, donde España es el segundo inversor del mundo tras Estados Unidos y donde las empresas españolas han apostado más de 75.000 millones de dólares.
Las tres empresas españolas están en contacto con el titular de Economía, Paulo Roberto Nunes Guedes
No sólo eso. El nuevo embajador de Brasil en España, Pompeu Andreucci, aún pendiente de toma posesión del cargo, así como el Ministerio de Exteriores de la República del Brasil ya han mostrado su malestar por el tratamiento que la diplomacia española y la televisión pública RTVE ha dado al nuevo presidente brasileño. Como alguien dijo, “ultraderechista no es el segundo apellido de Jair Bolsonaro”.
Botín quiere viajar a Brasil mientras Pallete ha demorado el nombramiento
En el entretanto, Ana Botín, José María Álvarez Pallete e Ignacio Sánchez Galán intentan mejorar su relación con el responsable de Economía de Brasil, hombre clave del ejecutivo Bolsonaro y conocido por sus planteamientos laborales: menos gasto público, apoyo a la inversión y privatización de empresas públicas.
El presidente de Telefónica, además, ha retrasado el nombramiento de Christian Gebara como presidente de Brasil en sustitución de Eduardo Navarro.
Todo esto, porque SM El Rey de España y el presidente del Gobierno han decidido que Bolsonaro es un fascista y no merecía la pena acudir a su toma de posesión, mientras en los medios públicos se le sigue injuriando con el calificativo de ultra. Curioso.