• El grupo da una vuelta de tuerca para explorar más vías de negocio con las líneas personalizadas de crédito.
  • El reclamo era demasiado 'poderoso': el grupo cuenta con 10,7 millones de titulares de sus tarjetas.
  • Ahora entra con más claridad en un negocio financiero; es decir, con carga de intereses.
Las 11,7 millones de tarjetas de El Corte Inglés eran un reclamo demasiado poderoso como para dejarlo pasar sin explorar nuevas vías de negocio, en parte ya ensayadas desde el año pasado. El flanco que abre ahora, con nuevos argumentos, es el de la financiación con líneas de crédito personalizadas. Hasta ahora, las tarjetas del grupo que preside Dimas Gimeno (en la imagen) eran, sobre todo, una cómoda herramienta de compra en los grandes almacenes de la marca. Y entre sus facilidades, se incluía también el aplazamiento del pago en dos meses y sin intereses. Eso seguirá, e incluso mejora, no sólo por el plazo (a tres meses), sino por la propia agilidad de la contratación. Pero esa oferta, en la línea de A la de tres, se amplía ahora a otras fórmulas de pago de hasta 36 meses, que incluyen el pago de intereses a partir de los doce primeros. Esa es la principal novedad de esas nuevas líneas de crédito. Es un paso significativo que no figuraba hasta ahora en el espíritu de las tarjetas de El Corte Ingles (al menos de un modo tan claro). Lo ha adelantado este miércoles el diario Expansión. Según esa información, El Corte Inglés ofrecerá fórmulas de financiación, con líneas de crédito personalizadas, vinculadas a sus campañas de venta durante el año, como la Vuelta al Cole o Navidad. O sea, se convertirá también en un banco. O en una financiera, si lo desean. En cualquier caso, con negocio financiero; es decir, bancario, con carga de intereses. La oferta de esas líneas de crédito es algo más que un punto y coma, y tiene mucho más que ver con el negocio bancario del Santander, que controla el 51% de Financiera El Corte Inglés, la que gestiona el negocio de las tarjetas. El otro 49% es del propio grupo de distribución. Pero ambos se han dado la mano en esa gestión compartida. La responsable de marcar las directrices por parte del Santander en esa financiera es Magda Salarich, máxima responsable de Santander Consumer Finance. Salarich llegó al banco como directora general en 2008. Procedía del sector del automóvil, donde acumuló una larga experiencia. Fue, en su última etapa, consejera delegada Citröen España y di­rec­tora co­mer­cial y de marketing de Citröen en Europa. Entre medio y apenas durante un mes, en 2007, fue fichada por Isidoro Álvarez, para dirigir la Fundación Ramón Areces. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com