En 2020 Seat se ha despedido de los récords y beneficios que venía registrando en los años anteriores por culpa del coronavirus y su impacto en sus principales mercados (Alemania y España), sobre todo por los confinamientos y las restricciones de movilidad. Y es que ha vuelto a números rojos, algo que no sucedía desde 2015: en concreto, ha presentado unas pérdidas operativas de 339 millones de euros, lejos del beneficio operativo de 445 millones de 2019.
La filial española del grupo Volkswagen no ha sido la única con un resultado negativo operativo, que además ha sido inferior al que han tenido la marca de camiones Man (-661 millones) y la de vehículos comerciales Volkswagen (-454 millones). Y dado el resultado operativo negativo, el margen operativo de Seat ha pasado del 3,9% al -3,7% en un año.
La marca que preside Wayne Griffiths desde el pasado 1 de octubre ocupa el puesto octavo en todo el grupo en lo que respecta a facturación: se ha reducido un 20%, hasta los 9.198 millones, frente a los 11.496 millones del año anterior. De esta forma, se ha colocado tras la marca de turismos de Volkswagen (71.076 millones), Audi (49.973 millones), Porsche (26.086 millones, nivel similar al del año anterior), la checa Škoda las firmas de camiones Scania (11.521 millones) y Man (10.838 millones), y la marca de vehículos comerciales Volkswagen (9.358 millones). Unos ingresos de Seat que se deben a la entrega de 427.000 unidades (-25,6%), entre las que ha habido 27.000 de la marca premium Cupra.
Seat prevé recuperar la rentabilidad este ejercicio y planea adaptar su fábrica de componentes de El Prat de Llobregat para ensamblar baterías de sus coches eléctricos a partir de 2025
Por su parte, la producción se ha situado en 484.000 vehículos, lo que supone un 27,5% menos que en 2019, cuando fabricó 667.000, por el descenso de la demanda y ocupa el cuarto puesto dentro del gigante automovilístico tras las alemanas Volkswagen y Audi, y la checa Škoda. De cara al futuro, Seat prevé recuperar la rentabilidad este ejercicio y también está la apuesta de su matriz por la movilidad eléctrica asequible, con la creación de seis gigafactorías para crear baterías en Europa, aunque aún no se sabe si una se ubicará finalmente en España. Hace unas semanas, en la visita del Rey y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez a la planta de Seat en Martorell (Barcelona), se refirió el proyecto de un consorcio público-privado para montar la primera fábrica de baterías en España, con Volkswagen, Seat e Iberdrola, que está abierto a otros socios y que opta a recibir fondos europeos. En este acto se compartió una visión común, pero aún falta por ver en que se materializará concretamente, aunque el deseo de Seat (y por ende, de Volkswagen) es convertir España en un centro de movilidad eléctrica.
Este martes, el CEO del grupo automovilístico alemán, Herbert Diess, ha cifrado en 2.400 millones de euros el coste de la transformación de la planta de Martorell para fabricar vehículos eléctricos. Recuerden que el pasado verano, Seat anunció que invertirá 5.000 millones hasta 2025 en I+D, nuevos modelos, plantas y electrificación. Asimismo, planea adaptar su fábrica de componentes de El Prat de Llobregat, situada a 33 kilómetros de Martorell, para ensamblar baterías de sus coches eléctricos a partir de 2025, según avanza El Periódico, un movimiento de transformación similar al que ya hizo el grupo Volkswagen en la planta de Audi de Bruselas.
Y por cierto, próximamente se conocerán más detalles de los resultados de Seat, ajustados a la sociedad y al plan contable español.