Las ventas de Hochtief en 2020 fueron de 22.900 millones de euros, un 11,2% inferiores a las de 2019 y el ebitda (resultado de explotación) no superó los 802,3 millones después de caer un 27,6% respecto al año anterior. No fue un buen año para la constructora alemana que también notó el efecto de las restricciones por la pandemia en la adjudicación de nuevos pedidos, que pasaron de los 30.400 millones (2019) a los 23.100 (2020), situando el total de pedidos en 46.000 millones de euros.
Todo esto se tradujo en un beneficio de 427 millones de euros que hizo olvidar las pérdidas de 206 millones de 2019, provocadas por el impacto negativo de 833 millones derivado de la venta del negocio en Oriente Medio de su filial australiana Cimic.
Hasta ahora no hemos hablado de Abertis, de la que Hochtief posee el 20%, y que en muchos medios se le sitúa como la culpable de la caída de Hochtief. La concesionaria, efectivamente, ha sufrido como pocas la caída de la movilidad como consecuencia de las restricciones impuestas en los mercados donde opera. La facturación de la compañía cayó un 18%, hasta 4.000 millones de euros y el ebitda hizo lo propio un 23%, hasta 2.630 millones. Al final, la concesionaria registró un beneficio de 365 millones, un 67% inferior al de 2019. Lógico, porque su negocio son las autopistas.
Ahora bien, considerar que Abertis ha sido la responsable del retroceso de Hochtief no parece muy justo. Recuerden: la alemana sólo tiene el 20% de la concesionaria.