Royal Dutch Shell perdió 18.155 millones de dólares (15.467 millones de euros) hasta junio, frente al beneficio de 8.999 millones de dólares (7.667 millones de euros) de la primera mitad de 2019, ha informado la compañía.
La causa principal de estas pérdidas ha sido el impacto adverso de 16.800 millones de dólares (14.300 millones de euros) por amortizaciones de activos tras revisar sus expectativas de precios del petróleo a medio y largo plazo.
Por su parte, el resultado atribuible a costes corrientes de suministro arrojó en el primer semestre de 2020 pérdidas de 15.620 millones de dólares (13.307 millones de euros) en contraste con los beneficios de 8.318 millones de dólares (7.086 millones de euros) en los seis primeros meses de 2019.
Además, al excluir el impacto de atípicos, su beneficio ajustado supuso 3.498 millones de dólares (2.976 millones de euros), un 60% menos, mientras que en el segundo trimestre contabilizó un beneficio neto ajustado de 638 millones de dólares (543 millones de euros), un 82% menos.
Por su parte, los ingresos totales de la petrolera anglo-holandesa en los seis primeros meses alcanzaron los 93.450 millones de dólares (79.614 millones de euros), un 47,3% menos que en el primer semestre de 2019, incluyendo un retroceso del 64,6% de los ingresos en el segundo trimestre, hasta 32.491 millones de dólares (27.684 millones de euros).