• Se compromete también a renovar el apoyo para los desplazados internos en ciudades como Damasco y Tartús.
  • La fundación pontificia envío 5,6 millones de euros el año pasado para ayudas de emergencia.
  • Alepo se desangra en la línea de fuego entre el ejército gubernamental y los grupos rebeldes.
  • "Mantenemos el contacto con cada vez más familias asegurándoles lo que necesitan para vivir con dignidad".
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) destinará otros 1,5 millones de euros para ayudar a las familias más necesitadas en varias ciudades sirias, especialmente en Alepo, que se desangra en la línea de fuego entre el ejército gubernamental y los grupos rebeldes. Esas ayudas se suman a los 5,6 millones de euros que envió en 2015. Pero entre los nuevos proyectos que emprenderá está también su compromiso de apoyar a las familias de desplazados internos en ciudades como Damasco, Tartús y otras zonas de la diócesis de Lakatia. La AIN informa que aunque el número de cristianos en las zonas de conflicto ha descendido en los últimos meses, cada vez son más numerosas las familias que necesitan asistencia para sobrevivir. Por eso, seguirá ayudando a 2.800 familias en Alepo y Al Hasaka, Hama o Idlib enfrentadas desde hace más de cinco años de guerra a todo tipo de sufrimientos. Según los responsables de este proyecto, "tratamos de mantenernos en contacto con un número cada vez mayor de familias asegurándoles, en la medida de lo posible, lo que necesitan para vivir con dignidad". Los más vulnerables, como siempre, son los niños y las personas mayores. La vida en Alepo se ha vuelto muy costosa y extremadamente difícil, entre el miedo y la ansiedad por el futuro, como explicó a Hispanidad en diciembre la hermana María Guadalupe Rodrigo, una monja argentina que dejó unos días esa ciudad, donde vive, para explicar en España la situación de los cristianos. La religiosa fue invitada por la AIN, que añade ahora algunos datos de un drama convertido en tragedia: más de tres de cada cuatro sirios viven hoy en pobreza extrema. En el último año y medio, el precio del combustible se ha duplicado. Y desde el comienzo de la guerra la harina de trigo ha subido un 300%, y el arroz, un 650%. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com