La exportavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados Soraya Rodríguez ha pedido la baja como militante del PSOE de Valladolid, con una carta en la que critica la postura de su partido respecto a la situación en Cataluña, recoge Diario de Sevilla.
En la carta explica: "No puedo compartir que la mayoría de la moción de censura, que ha sostenido al Gobierno durante los últimos ochos meses, sea una posibilidad viable de conformar una mayoría parlamentaria razonable para sostener un Gobierno socialista. Por ello espero y deseo que tras los resultados electorales del 28 de abril el PSOE no reedite la mayoría de la moción de censura para obtener una investidura”.
"Hacer depender de nuevo la gobernabilidad del país del independentismo que ha iniciado una operación de acoso y demolición del Estado de Derecho y de la Constitución tendría consecuencias muy negativas para nuestra democracia", argumenta quien fuera portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados en los tiempos de Alfredo Pérez Rubalcaba como líder del partido.
Admite que las discrepancias "se entienden como críticas personales y cada vez existen más compañeros que reciben como una agresión al partido las opiniones discrepantes
Para Rodríguez, volver a contar con los independentistas en una eventual investidura de Sánchez "haría imposible el necesario diálogo con Cataluña, como se ha demostrado recientemente con el intento de condicionar la aprobación de los presupuestos generales a la creación de mesas de partidos al margen de las Cortes generales donde se pudiera hablar y decidir sobre un inexistente derecho de autodeterminación".
Opina que el diálogo de Cataluña se debe abordar "de manera amplia, incluyendo desde luego a todos los catalanes y desde un amplio consenso de los partidos constitucionalistas" quienes, "con posiciones políticas e ideológicas diferentes", han participado siempre de un consenso constitucional esencial sobre la integridad territorial y la soberanía nacional.
Rodríguez cree que ya no tiene sentido seguir manteniendo esta posición dentro del partido -antes mayoritaria, hoy minoritaria, admite- cuando estas discrepancias "se entienden como críticas personales y cada vez existen más compañeros que reciben como una agresión al partido las opiniones discrepantes".