Me lo contaba un directivo de uno de las más famosas cadenas de supermercados de España: “siempre hemos tenido que enfrentarnos a jóvenes que robaban bebidas alcohólicas para el botellón pero lo de ahora no lo he visto nunca, ni tan siquiera durante la crisis económica anterior: ahora nos roban alimentos de primera necesidad, y no son jóvenes”.
Puede sonar fuete pero el hecho es que comienza a haber hambrientos en España: las colas del hambre -a las puertas de las iglesias y de congregaciones religiosas- no han descendido y las visitas a los contenedores de basura se ha convertido en una de las imágenes de España. De la nueva España del sanchismo.
Comienza a haber hambrientos en España: una economía subvencionada acaba en las colas del hambre y en las visitas a los contenedores de basura
Como ocurrió con Zapatero, todo parece indicar que la ruina económica podría acabar con Pedro Sánchez. Apenas un año de antes de su caída, ZP parecía firme como un roca. Recuerden, la crisis comienza en 2007 pero Zapatero no reacciona -con ajustes, como la bajada de las pensiones y del salario de los funcionarios- hasta 2011. A principios de ese mismo año se derrumba de forma acelerada. Es curioso: el hombre que trajo el guerracivilismo a España, que fracturó la moral del país y con ello su unidad, no cayó por ninguno de esos desaguisados sino por la crisis económica.
Pedro Sánchez, que ha sobrevivido a mil naufragios y colocado a los comunistas de Podemos, con todos los honores, en el poder, un hombre aún más progre que Zapatero, parece cada vez más firme… pero puede caer en cuanto retire las insostenibles limosnas de voto cautivo que mantiene.
Lo peor: el preso no trabaja pero come. Sánchez aprovechó el miedo al virus para convertir a los españoles en reclusos y ahora es la gente quien le pide más encierro
En el entretanto, los responsables de seguridad de los supermercados advierten de una ola de robo de comida, no de alcohol, algo que no habían sufrido ni durante la crisis de 2007. Y la sospecha es: ¿comienza a existir hambre en España? Todo indica que sí.
Lo peor, que es lo propio del sanchismo, que ha creado una sociedad subvencionada: el preso no trabaja pero come. Encima, Sánchez aprovechó el miedo al virus para convertir a los españoles en reclusos y con ello hundió la economía. Ahora, Illa se niega a que Asturias imponga un nuevo confinamiento domiciliario porque sabe que aquella parálisis hundió la economía española. Lo malo es que ahora es la gente quien exige un mayor encierro.