La estrategia de Telefónica en Reino Unido ha dado un vuelco importante. De querer vender, o sacar a Bolsa, O2 -recuerden que no se llegó a materializar porque se opuso Competencia- hemos pasado a mimar la filial y, ahora, a negociar con Liberty Global para ampliar la oferta. Ojo, y esta es la clave, hablamos de unión, que no de fusión ni de compra-venta. En otras palabras, cada compañía mantiene su negocio y, si la cosa se tuerce, pueden frenar el acuerdo e, incluso, revertirlo por completo. Esos son los parámetros de negociación
Las negociaciones, admitidas este lunes por Telefónica en un comunicado remitido a la CNMV, son a cara de perro y nadie garantiza que vayan a llegar a buen puerto, aunque lo cierto es que las dos compañías saldrían beneficiadas. O2, porque podría ofrecer el cable y los contenidos de Liberty, y Liberty porque podría ofrecer el móvil de O2 y, sobre todo, acceder a los 34,5 millones de clientes de la filial de Telefónica. O2, además, podría ofrecer móvil a los 6 millones de suscriptores que tiene Liberty de banda ancha fija.
Todo puede ocurrir, y si finalmente llegan a un acuerdo -insisto, es unión, no fusión-, estaríamos ante un gigante europeo convergente (fijo, móvil, internet y televisión), con más de 40 millones de clientes y unos ingresos anuales cercanos a los 27.000 millones de euros. Y tranquilos, porque no habría problemas de competencia, ya que sus negocios son complementarios.