El 19 de diciembre, Javier de Paz Mancho cumple 12 años como consejero independiente de Telefónica. Es decir que, si quiere mantenerse en el Consejo de Administración de la operadora, deberá pasar a consejero externo, proceso ya iniciado en la anterior Junta General de Accionistas, pero que tiene ahora consecuencias ulteriores de mucha enjundia.
Y ojo, porque, para esa próxima Junta es cuando el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, tiene que afrontar el nombramiento de siete consejeros, nada menos.
En cualquier caso, el cambio de estatus de Javier de Paz, el representante áulico del PSOE en Telefónica, aunque más del Zapaterismo que del Sanchismo, exige cambios inmediatos, en este mismo mes de diciembre.
De Paz se ha convertido en la nueva Mona Jiménez de la política y el mundo mediático español
En primer lugar, porque al pasar de independiente a externo, oficialmente el 20 de diciembre, el número de independientes se queda por debajo de la mitad (8 sobre 17), lo que vulnera las normas de buen gobierno de la compañía. A partir de ese día, el Consejo de Telefónica estará formado por 8 independientes, dos ejecutivos, 5 dominicales y dos externos (Peter Erskine y Javier de Paz).
Y la cosa podría complicarse más en el caso de que Sabina Fluxá, CEO de Iberostar, pierda la condición de independiente, al formar parte del Consejo Asesor Regional Territorial del BBVA, a su vez accionista de referencia de Telefónica, con un 5% del capital.
Pero el único reto no son las normas de buen gobierno de la Compañía. Hablamos de Javier de Paz, aficionado a la intriga y la nueva Mona Jiménez de la política y del mundillo mediático español, en su piso del barrio del Supremo. Hablamos del hombre del PSOE en Telefónica, el que quiso ser presidente de la Compañía y juguetea con la posibilidad, querida en el Zapaterismo, de convertir a Miguel Barroso, el hombre de WPP en España, en presidente de Telefónica.
Pallete seguirá contando con De Paz pero le quitará poder. Además, el también socialista Miguel Barroso no renuncia a la Presidencia de Telefónica
Al igual que el otro Miguel del Zapaterismo, y de La Sexta, Miguel Contreras, Miguel Barroso es un gran amigo de Javier de Paz y ambos luchan para acercar a Pedro Sánchez la compañía, que no a Pallete.
Recuerden que a Sánchez le gusta Ana Botín, pero no César Alierta, y a pesar de todo lo ocurrido entre el anterior presidente y el actual, le cuesta ver a Pallete como un presidente hecho y derecho y no como el sucesor de su odiado Alierta. Y es que la nota distintiva del inquilino de La Moncloa es su inagotable resentimiento.
En cualquier caso, Pallete, tras su estrategia de negocio, recibida con aplauso por el mercado, y con unos cambios en el equipo directivo que han sido algo más que menores, tiene ahora el desafío de los cambios obligados en el Consejo. Entre ellos, saber el papel que juega Javier de Paz, un personaje con tendencia a ser la sal de todos los platos.
Y todo ello tras el 10-N, que algo bueno ha tenido: le ha bajado los humos a Pedro Sánchez que, aunque ha ganado las elecciones, ya no podrá abordar su proyectada purga en el Ibex para conseguir que el mayor grupo de grandes empresas españolas sea filosocialista. Recuerdan que el PSOE nunca se conforma con formar gobierno: siempre quiere formar un régimen.
Y Sánchez no renuncia a su plan de purgar el Ibex. Quiere que la gran empresa española sea filosocialista. Olvida que ha perdido 750.000 votos en seis meses
Quizás porque muchos olvidan, pero no él ni sus adversarios, que el ganador de la elecciones perdió 750.000 votos entre el 28-A y el 10-N. Vamos, que tampoco está como para tirar cohetes.
Como guinda, pase lo que pase y tenga la influencia que tenga Javier de Paz, recuerden que como consejero externo no podrá mantener los más que relevantes cargos actuales: presidente y miembro de la Comisión de Nombramientos, Retribuciones y Buen Gobierno y miembro de la Comisión de Auditoría, dado que todos estos cargos deben ser asumidos por consejeros independientes.