El fútbol es una sangría para Telefónica, un activo que se compró a precio magno y que ahora no es posible rentabilizar. Hablamos de los derechos del fútbol para la Liga española y para la Champions, la antigua Copa de Europa.
El Consejo de Administración de la operadora ya ha tomado una decisión: no hará millonario, aún más millonario, a Jaume Roures. Y si éste solicitara por la Champions cifras tan astronómicas como solicitó por la Liga, le dirán que no y cambiarán el fútbol por las series. No olvidemos que, además, el fútbol cotiza a la baja y que ahora son las series las que se imponen dentro de los famosos cuádruples de las operadoras.
Vamos con las cifras. La liga de fútbol: se subastó por tres años, que terminarán en el próximo campeonato 2018-2019. Roures se hizo con los derechos por los que pagó 1.900 millones de euros, que luego revendió a Telefónica por 2.400 millones. Eso es un negocio. De hecho, a Pallete no le gustó que Luis Blasco y el entonces presidente de Telefónica de España, Luis Miguel Gilpérez, aceptaran un precio tan alto.
También presionan a Telefónica el Real Madrid y el Barça, los principales beneficiarios
Champions, Copa de Europa para los mayores. Hay que negociarlo ya porque el trienio comienza antes: la próxima temporada. Nuevamente, Roures ha pagado -tampoco son cifras oficiales- algo más de 1.000 millones de euros, 400 más que en el trienio anterior. O sea, que nuevamente va a intentar el sablazo a Telefónica. Aquí es donde Pallete se planta y se ha hecho apoyar por todo el Consejo de Administración de la operadora. Si hay que cambiar toda la estrategia de Vídeo de la teleco, se cambia. Pero hay que parar la sangría de fondos.
Ahora bien, a Roures le apoyan el Real Madrid y el Barça, los dos principales beneficiarios de los derechos del fútbol, y a los que interesa mucho que el mercado del fútbol continúe al alza.
Y como la política hace extraños compañeros de cama, no olvidamos que Jaume Roures, el gran intermediario de los medios, quien se confiesa "comunista y anticlerical" y al que la Guardia Civil considera uno de los promotores informativos de la independencia catalana, coincide en su presión a Telefónica con un tal Mariano Rajoy, a la sazón domiciliado en el Complejo Moncloa.
Los derechos de retrasmisión del fútbol cotizan a la baja frente a las teleseries
¿Por qué? Pues porque, como el astuto gobernante que es, don Mariano considera que al pueblo no hay que darle pan y circo sino pan y fútbol, una especie de sedante electoral, generador de extraordinarias dosis de paciencia con el Gobierno.
Por tanto, está empeñado en que la mayor fibra óptica de España, la de Telefónica, esté al alcance de todos.
Pero Telefónica podría abandonar el fútbol e irse a las series. Un cambio, por cierto, que se plantean todas las grandes operadoras.
En cualquier caso, ¿quién sobra en la ecuación del negocio de fútbol? Los intermediarios. Por ejemplo, Jaume Roures.