Hay temor en Moncloa, al menos en Iván Redondo, el asesor áulico de don Pedro Sánchez. Queda mucho, muchísimo tiempo, para las generales del 10-N y a Redondo le preocupa el triunfalismo que reina en el Ejecutivo, el conocido ‘triunfalismo Tezanos’. De este triunfalismo no sólo participa ‘Greta Calvo’ (simbiosis de Greta Thunberg y Carmen Calvo), sobrenombre con el que han bautizado sus críticos monclovitas a la vicepresidenta, quizás por esa alegría que, tanto la adolescente sueca como la adulta de Cabra, emanan en sus comparecencias públicas.
Pedro 'el Maravilloso', un hombre enamorado de sí mismo, no admite el pesimismo de Redondo y Ábalos: eso sería dudar de su propia valía
En cualquier caso, estos son los temores de Iván Redondo:
El más importante de todos es la crisis económica. Mejor, el sentimiento de crisis económica. Es decir, no es el temor a una nueva crisis, porque vivimos en crisis económica permanente, sino el temor a que cunda en España un sentimiento de crisis similar al que expulsó a Zapatero de La Moncloa (para suerte de España). Y ese sentimiento, que ya ha cundido en el mundo anglosajón puede llegar a una España envejecida en cualquier momento. También antes del 10-N. De hecho, ya está instalado por toda la piel de toro.
Más que a la crisis, en la que ya estamos, Ábalos teme que el sentimiento de una nueva crisis se instale entre los votantes españoles antes del 10-N
Y cuando hay crisis económica, y no digo que acertadamente, la gente se refugia en la derecha.
En cualquier caso, el arrogante triunfalismo de ‘Greta Calvo’ así como el triunfalismo demoscópico de José Félix Tezanos, no es compartido por el asesor presidencial… ni tampoco por el otro estratega del Sanchismo: José Luis Ábalos, jefe de Ferraz y ministro de Fomento en funciones.
Segundo temor de Redondo: la irrupción de Errejón y la crisis de Ciudadanos no tienen por qué beneficiar al PSOE. Los de Ciudadanos porque a pesar de haber sido fundado por socialistas, sus votantes proceden de la crisis del PP y pueden volver a ellos.
¿Y los valores? ¡A quién le importan! Aquí estamos hablando de poder, no de principios. Sea usted serio
Errejón, convencimiento íntimo de Redondo, aunque alentado desde Moncloa y sobre todo, a través de ese aparato de propaganda sanchista en el que se ha convertido RTVE con la montaraz Rosa María Mateo, podría quitarle más votos al PSOE que a Pablo Iglesias.
Y la guinda de la tarta: nuestro endiosado Pedro 'el Maravilloso' no admite pesimismo: eso sería dudar de su propia valía. Por eso, sus dos pepitos-grillo, Iván Redondo y José Luis Ábalos, de lealtad probada pero poco dados al halago empiezan a gustar menos a Sánchez que Carmen Calvo, Teresa Ribera, Adriana Lastra o Magdalena Valerio, que no dejan de hacerle la ola y de responder a cualquier crítica con expresión de doberman.
Redondo y Ábalos tiene ahora un problema: convencer a Pedro 'el Maravilloso', un hombre enamorado de sí mismo, de que el 10-N va a ser una batalla encarnizada, no un paseo triunfal de nuestro estadista internacional.
Y por cierto, tanto el desenterramiento de Franco como la sentencia del ‘Procés’, en contra de lo que piensan en Moncloa, podría beneficiar a Génova. La obsesión contra un cadáver de hace 42 años, del que muchos españoles no sabían dónde estaba enterrado, corre el riesgo de pasar de lo sublime a lo ridículo. Por las mismas, las reacciones a la sentencia del Procés, que se prevé ‘medio-dura’ (ni 25 años ni siete, pongamos 15), revitalizarán por un tiempo el separatismo catalán y, en plena campaña, romperán el hechizo lanzado por Sánchez de que él ha sido quien ha apaciguado el temporal y hecho renacer cierta imagen de convivencia en Cataluña.
Sí, tiene razón Redondo para pensar que las elecciones del 10-N no están ganadas. Pero Pedro 'el Maravilloso' discrepa.
Oiga, ¿y los valores? ¡Y a quién le importan! Aquí estamos hablando de poder, no de principios. Sea usted serio, buen hombre. El Sanchismo es progresismo, es decir, tiene en su boca, de continuo, nuestros “valores” -quizás se trate de los valores republicanos, que se ha inventado don Iván, o de valores bursátiles- pero a lo que realmente se refiere es a los valores que nos permitan continuar viviendo en nuestro hogar natural: en Moncloa. El resto queda para católicos y otros ‘ultras’.