• Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE reclamarán "un alto el fuego inmediato e incondicional" en Libia.
  • Se comprometerán a reforzar su apoyo a la misión de la ONU en Libia, promoviendo el diálogo y la reconciliación.
  • Pero lo que hace falta en Irak, Siria y Libia es un ejército -liderado por la ONU- que detenga al Estado Islámico, ayudando a la defensa propia de los ciudadanos de esos países y a los colectivos perseguidos, como por ejemplo los cristianos. 

Como se sabe, el Estado Islámico ha sumido la autoría del atentado perpetrado en el Museo del Bardo y el Parlamento de Túnez, en el que el miércoles murieron 23 personas, entre ellas dos españoles. En una grabación de radio distribuida a través de internet, la organización yihadista reivindica el ataque y amenaza con nuevos atentados: "Solo es el principio". En la mañana de ayer fue localizada con vida la pareja de españoles que permanecía desaparecida en Túnez. Un policía los encontró en un almacén del Museo del Bardo en el que se escondieron cuando comenzó el ataque yihadista.

En ese contexto, hay que recordar que Túnez es hoy el primer exportador del mundo de terroristas extranjeros a las filas del Estado Islámico (EI), aunque el principal grupo yihadista local, Ansar Sharía, no ha anunciado oficialmente su alianza con el califato impuesto en tierras de Siria e Irak, según ABC.

El Gobierno tunecino estima que entre 1.500 y 3.000 tunecinos luchan en ese frente de Siria e Irak, esencialmente en las filas del EI. El Ministerio del Interior calculaba ya hace un año que se había impedido la salida de unos 8.000 yihadistas con las mismas intenciones y que unos 400 combatientes habían regresado al país.

Y es que, teniendo en cuenta que Túnez es el mayor exportador de yihadistas a Siria y que es el único país donde la Primavera Árabe ha triunfado -en este caso para bien, instaurando una democracia- tiene una lógica macabra (su lógica) que este país se convirtiera en objetivo yihadista.

Ahora bien: otra vez llama la atención el poco compromiso de Europa en defender los derechos humanos de la barbarie yihadista. Es decir, en mojarse -y protegerse- contra el Estado Islámico.

Lo único que hace Europa, como siempre, es decir palabras altisonantes y anunciar tibias medidas que no conducen a nada. Hoy, sin ir más lejos, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se comprometerán a "intensificar su participación" en la lucha contra el terrorismo en el norte de África, en el segundo día de la cumbre y tras debatir el "grave desafío" que viven países como Libia.

Pero, ¿qué quiere decir eso, en la práctica?

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE reclamarán "un alto el fuego inmediato e incondicional" e instarán "a las partes libias a alcanzar rápidamente un acuerdo para formar un Gobierno de unidad nacional" porque, entienden, que "sólo una solución política puede proporcionar una vía sostenible hacia una transición democrática".

En el texto, se comprometerán a reforzar su apoyo a la misión de la ONU en Libia. Pero la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia tiene por objetivo asistir a las autoridades libias para restaurar la seguridad y el Estado de derecho, promoviendo el diálogo político y la reconciliación nacional; al tiempo que también se le ha encomendado asistir al Consejo Nacional de Transición en la redacción de una constitución para el país.

Además, la UE respaldará el trabajo de mediación del enviado especial del organismo internacional, Bernardino León, para lograr un acuerdo, dejando claro que "tan pronto como se alcance un acuerdo para formar un Gobierno de unidad nacional, la UE está preparada para contribuir a su puesta en práctica junto con los países de la región y los socios internacionales".

Para ello, la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, presentará "propuestas", tal y como pactaron los ministros de Exteriores de la UE el lunes, cuando abrieron la puerta a estudiar una posible misión de seguridad. O sea, otra vez todo muy altisonante pero nada concreto.

Lo que hace falta en Irak y Siria es un ejército -liderado por la ONU- que detenga al Estado Islámico, ayudando a la defensa propia de los ciudadanos de esos países y a los colectivos perseguidos, como por ejemplo los cristianos.

Hasta el Papa Francisco apoya una acción internacional para detener al "agresor injusto" en Irak. "En estos casos en los que hay una agresión injusta, sólo puedo decir que es lícito detener al agresor injusto. Subrayo el verbo 'detener'. No estoy diciendo bombardear o hacer la guerra, (sino) detenerla. Los medios con los cuales puede ser detenida deberían ser evaluados. Detener al agresor injusto es lícito", contestó el Papa.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com