En la tarde del jueves el Sabadell hacía público el nombramiento como consejero delegado de César González-Bueno en sustitución de Jaime Guardiola. Desde la entidad pregonan que era un cambio previsto de tiempo atrás, como prevista está la jubilación, a los 63 años, de Guardiola. Pues si estaba previsto no sé por qué añaden que la decisión queda pendiente de las aprobaciones oficiales y de la más importante de todas: la del regulador BCE.
Pep Oliu no debería precipitarse: el fichaje de González-Bueno ha sido una buena solución de emergencia, pero ha sido un error prescindir de Jaime Guardiola
A ver si nos entendemos: lo cierto es que toda la banca española, es más, toda la banca occidental, hablo de la banca doméstica, la más útil a la sociedad, está quebrada, lo que resulta compatible con afirmar que el Sabadell es un buen banco. Sí, será una paradoja, pero es cierto. Otra cosa es la leyenda negra española, alimentada, en primer lugar, por españoles, que nos encanta flagelarnos.
En este escenario, Pep Oliu no debería precipitarse, entre otras cosas porque cuando los problemas no tienen solución dejan de ser problema y porque no dirige un banco en crisis (salvo que nos atengamos a que, con el actual precio del dinero, en efecto, todos los bancos están en crisis, están… quebrados) y en ese estado seguirán hasta que suban los tipos.
La solución a la crisis bancaria no es la digitalización -eso es una obviedad- sino las comisiones por servicios presenciales. La transición digital exige convertirse en gestorías
Y así, el fichaje de González-Bueno, con un currículo marcado por su indudable éxito al frente de ING Direct, aunque algo menos en su discreta labor en el reflotamiento de las cajas gallegas, resulta sólo una solución de emergencia tras el fiasco del BBVA… que fue fiasco tanto para Oliu como para Torres Vila.
Parece claro que en esta tesitura, ha sido un error prescindir de Jaime Guardiola, amoscado tras ser apartado, contra toda lógica, del frustrado matrimonio BBVA-Sabadell.
A partir de ahí, Oliu ha cometido muchos errores, como el de poner el Sabadell en venta, también al Banco Santander. Pero recuerden, para Ana Botín sólo existe un objetivo: el BBVA.
Las oficinas y la plantilla no son el problema: son la solución. ¿Qué hay que reciclarlas? Por supuesto, pero no son prescindibles, no son una carga
Un error de Oliu porque, entre otras cosas, cuando la plantilla contempla el escenario de un Sabadell en venta, se viene abajo.
Y ojo cuando, a finales de septiembre dimitió como consejero ejecutivo del Sabadell, José Luis Negro Rodríguez, saltaron las alarmas. Su influencia tanto sobre Oliu como sobre Guardiola era grande. Negro tenía criterio. A partir de ahí, a un banquero con experiencia como Oliú le entraron las prisas, que aumentaron con las negociaciones fallidas con el BBVA… que sólo sirvieron para distanciarse de Guardiola, un hombre que gozaba de toda la confianza del equipo directivo.
Y todo esto se enmarca dentro de una crisis sistémica, que es la que sufren todos los bancos sistémicos o no, grandes o pequeños.
Con la reducción de oficinas y plantillas lo que está en peligro es el sistema de pagos del país. Y esto trasciende a la solución definitiva para la banca: que suban los tipos
Primera premisa: la solución a la crisis bancaria no es la digitalización -eso es una obviedad- sino el cobro de comisiones por servicios… sobre todo los servicios presenciales. Para la transición digital, los bancos necesitan convertirse en gestorías… entre otras cosas porque la digitalización no reduce la burocracia, la multiplica. Dicho de otra forma: con la reducción de oficinas y plantillas lo que está en peligro es el sistema de pagos del país… que es la banca doméstica. Y eso sí que es grave para el conjunto de los españoles. La inmensa mayoría de los clientes bancarios quiere que les siga atendiendo una persona, no una maquina.
Es que son viejos: no, no porque sean viejos, sino porque cuando se forma un hogar te conviertes en un gestor de pagos e impuestos y porque la sociedad europea está bancarizada… y ya no puedes prescindir de ese sistema de pagos. Los jóvenes sí pueden, no porque sean nativos digitales sino porque no tienen que hacer frente ni a la décima parte de gestiones que los adultos.
Las oficinas y la plantilla no son el problema: son la solución. ¿Que hay que reciclarlas? Por supuesto, pero no son prescindibles, no son una carga. Son la solución, no el problema.
Posdata: no hagan mucho caso a la exigencia del BCE de que Pep Oliu pierda sus funciones ejecutivas. Una cosa es quién gestiona y otra quién manda.