- El entramado de Pineda Salido se convierte en eje de las grandes empresas españolas.
- Mismamente cuando intentaban reorganizarse para seguir actuando como lobby.
- En paralelo, los papeles de Panamá imponen el periodismo justiciero.
- La raíz y la guinda del asunto: las instituciones públicas ya no utilizan a los jueces para luchar contra el delito sino a la prensa.
- La imagen se adelanta a la realidad.
Luis Pineda Salido (
en la imagen), el fundador y promotor del montaje
Ausbanc, presuntamente una máquina de extorsión y chantaje, ha obtenido dinero de muchos bancos y empresas.
Por eso, tras su detención, junto a su presunto cómplice
Miguel Bernad, de Manos Limpias, se ha abierto un terremoto en los grandes bancos y en las grandes empresas españolas.
La mañana del lunes no han sido uno, ni dos, ni tres los
directores de comunicación de las grandes firmas a quienes que sus jefes les han formulado a las mismas preguntas: "¿Cuánto pagábamos a Ausbanc? ¿En concepto de qué? ¿Qué era lo que temíamos que pudiera publicar Ausbanc?"
Y así, miren por dónde, dos hombres detenidos por complicidad para la extorsión han marcado la agenda de los grandes justo cuando esos grandes, en pleno interregno político, se habían propuesto recomponer su figura como
lobby, tras la decisión de César Alierta de abandonar la Presidencia de Telefónica.
Pero es que, además, Pineda Salido, el cerebro de la trama, se alió con un inconsciente Miguel Bernad, que le ofrecía el arma jurídica. Es decir, la utilización de los tribunales para arremeter contra el adversario y como medio para obtener beneficio. Y es que Pineda estaba capado por su presunta condición de defensor del consumidor mientras Bernad había copiado de Italia la fórmula para poner en jaque a todo enemigo político o incluso personal: las firma Manos Limpias. El uno era el político y el otro, el económico, ambos crematísticos.
En paralelo, los
Papeles de Panamá imponen el
periodismo justiciero. Si tienes acceso a un sumario serás más eficaz que cualquier tribunal dado que la justicia es lenta pero la
prensa del telediario es taxativa y veloz: destroza vidas y famas en lo que dura un telediario.
Claro que eso tiene su parte mala: se ha creado el periodismo justiciero, que no se conforma con informar sino que aprovecha para juzgar y sentenciar y condenar antes de que lo hagan los jueces.
Y hay más. La sospecha de que las instituciones internacionales, en concreto la OCDE, han financiado la operación Papeles de Panamá cobra cada vez más fuerza.
La raíz y la guinda del asunto: los instituciones públicas ya no utilizan a los jueces para luchar contra el delito sino a la prensa. La imagen se adelanta a la realidad. Por eso, la OCDE harta de darse de coces contra el aguijón, decidió que el nombre de los David Cameron, José Manuel Soria y cía llegaran ala prensa. Más fácil.
Pero cuidado, no hayamos creado un monstruo, el del periodista justiciero. Encima, el copyright se lo tendremos que conceder a Pineda Salido. El asunto es grave.
Por cierto, ¿el chantajeado es tan culpable como el chantajista? En principio no, pero eso no es lo que importa ahora.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com