- Las multinacionales de Internet maniobran para no pagar impuestos por su actividad en cada país.
- España es uno de los países perjudicados: por beneficios, han pagado 65 millones en 16 años, una miseria.
- No sólo optan por el domicilio fiscal para pagar menos; también desagregan los datos por facturación.
- Por eso en España Google y Facebook declaran sólo un 6% de los 1.200 millones que ingresan por publicidad digital.
Decíamos ayer que Francia y Alemania se conjuran contra los colosos de Internet,
Google,
Apple,
Facebook y
Amazon, para plantear una nueva fiscalidad y que paguen una "contribución justa" en los países donde operan tomando como referencia la cifra de negocios. En la práctica, lo que hace recuerda a
Toma el dinero y corre, la película de 1969 de
Woody Allen.
Sin embargo, como publica este lunes
El Economista, Google y Facebook no desagregan los datos de facturación en España, por ejemplo, a pesar de su
duopolio en la publicidad digital. El mercado estima que entre las dos compañías ingresan 1.200 millones de euros por esa vía, pero apenas declaran un 6%.
El diario económico da más datos tras repasar sus cuentas en el
Registro Mercantil. La facturación de Google, en concreto, ronda los 1.000 millones, aunque en 2015 declaró sólo 66,6 millones. Y con Facebook, ídem del lienzo: con unos ingresos de 200 millones, declara 7,1 millones.
En fin, en un botón de muestra -uno más- de lo mismo que sucede en otros países, pero nada se podrá hacer para que cambie la situación si no hay una posición común entre los países europeos. Es lo que esperan, no obstante, los
Gobiernos francés y alemán y por eso presentarán juntos una propuesta en el
Ecofín de mediados de septiembre.
El debate es cíclico pero con una evidencia de fondo: las tecnológicas, básicamente americanas,
maniobran desde hace años para tributar en los países con la fiscalidad más baja, en perjuicio, naturalmente, de los países donde desarrollan su actividad.
Recordamos el
asalto de los inspectores del
Ministerio de Hacienda, en mayo de 2016, en la
sede de Google, para mirar con detalle su actividad en España y cómo se aprovechaban de las lagunas en la legislación fiscal. Pero no ha sucedido sólo en España, y el desenlace es parecido: no hay modo de
hincarles el diente.
En Francia, por ejemplo, Google fue llevada por el Gobierno galo ante la Justicia para reclamarle, por esos motivos, 1.115 millones, pero el
Tribunal Administrativo de París dio la razón a la multinacional.
Es muy difícil contener ese trasvase fiscal orquestados desde los colosos de Internet, a pesar de lo alarmante de las cifras. ¿Cuánto ha pagado, por ejemplo, Google, por su actividad en España? Asómbrese: no pasa de 2,5 millones anuales. Y si ampliamos la lupa al resto -Apple, Amazon, Facebook y
Microsoft-,
los impuestos por beneficios pagados en España desde hace 16 años no superan en su conjunto los 65 millones de euros, nada que ver con el resto de las multinacional instaladas en España y, por supuesto, las empresas nacionales.
Hablamos, por tanto, de un
agujero de enormes proporciones, pero con dificultades objetivas a la hora de calibrar esa factura y no es sólo, aunque también, por la mera
domiciliación en los países con más ventas (Irlanda, Luxemburgo, Holanda) o la ausencia de una legislación común.
Rafael Esparza