El problema de ‘cronificar’ al vicepresidente Pablo Iglesias es que dice melonadas de continuo, con lo que resumir su discurso se convierten en una tarea agotadora para desasnar al podemita.
Nuevamente ha presumido de conocer a Keynes y entones la ha liado. Insiste en que el FMI, "nada sospechoso de izquierdas” nos pide lo mismo que Keynes: gastar, gastar, gastar. En la misma línea no pierde la oportunidad de recordarnos que sus subvenciones públicas aumentan la demanda y por tanto dinamizan la economía.
A ver, intelectual: keynesianismo no es derroche o aumento del gasto público de forma incontrolada. Sobre todo, porque es cierto que Keynes aplaudía que el gasto público aumente para crear empleos pero no para crear subvenciones.