El fabricante japonés Toyota ha reducido un 29% su beneficio en los nueve primeros meses del ejercicio fiscal, hasta 11.343 millones, y más significativo: reduce un 25% la previsión de beneficio anual, a 14.600 millones.
El grupo nipón ha presentado los resultados hasta diciembre, que prueban el aumento de la distancia con sus competidores europeos Volkswagen y Renault, líderes globales en ventas de vehículos en 2018. El primero, gracias a sus filiales, entre ellas Seat, y el segundo gracias a su alianza con Nissan y Mitsubishi.
El mercado japonés se contrae: ha afectado también a Honda y puede sucederle a Nissan
El mal resultado de Toyota se debe, sobre todo, a la pérdida de rentabilidad en EEUU y a las ventas, inferiores a lo previsto, en Japón. Está alineado, además, con la caída que ha sufrido la también nipona Honda, con una caída del beneficio del 34,5%, a la espera del balance de Nissan, sacudida por el escándalo de Carlos Ghosn, detenido y despojado de su cargo de consejero delegado y de presidente de Renault).
El fabricante, no obstante, mantiene su previsión de Ebitda para el conjunto anual, ya que el recorte de beneficio se debe también, como hasta ahora, a la depreciación de sus activos.