No ha sido, ni mucho menos, el final soñado. La crisis de 2008 supuso el comienzo del declive del Grupo Villar Mir, hasta entonces uno de los conglomerados empresariales más importantes de España, con OHL como buque insignia. Eran otros tiempos. En su mayor esplendor, Grupo Villar Mir contaba con participaciones de referencia en Abertis y Colonial, y don Juan Miguel se sentaba en el Consejo de Administración del Santander como consejero independiente y poseedor del 0,24% del banco. Era el segundo accionista individual, solo por detrás de la familia Botín.
De todo aquello queda muy poco y en peor estado. Villar Mir ha cedido en su hijo Juan la Presidencia ejecutiva de un holding familiar propietario de Ferroglobe, Inmobiliaria Espacio y VM Energía. De todas ellas, Ferroglobe, de la que posee el 53% y tiene a Javier López Madrid como CEO es el principal activo: tiene presencia destacada en EE.UU. y una capitalización bursátil de 715 millones de dólares.
La pandemia también ha afectado a Grupo Villar Mir, como se pueden imaginar. Tanto es así, que es una de las empresas que ha solicitado ayuda a la SEPI: 300 millones de euros que aún están en el aire. Los tendrá que seguir peleando Juan Villar-Mir de Fuentes, junto con el CEO -su cuñado- Javier López Madrid, y los dos consejeros y hermanos, Silvia y Álvaro. Después de 34 años, el patriarca lo verá desde fuera, como presidente de honor.