A Trump le ha provocado un sarpullido el cierre de plantas de General Motors (GM) en EEUU y ahora se plantea la imposición de un arancel del 25% a la importación de automóviles europeos. La medida, que afectaría sobre todo a Alemania, flota desde el verano, cuando el presidente aseguró contundente que “vamos a aplicar un arancel del 25% sobre cada automóvil que entre en América desde Europa”, pero se ha activado precisamente a raíz de las clausuras anunciadas por GM la amenaza puede tomar cuerpo en la cumbre del G-20 en Argentina.
Una cosa está clara: Trump tiene sobre la mesa un informe del Departamento de Comercio que recomienda expresamente esa medida proteccionista, que dejaría fuera, no obstante, a Canadá y México, algo que ya sentir en la cotización en bolsa de los fabricantes del motor, aunque es una suma sigue en el año (en torno al -20% desde enero) por las propia debilidades del sector.
Un arancel perjudicaría singularmente a Alemania, principal exportador, por valor de 157.000 millones, frente al resto de la UE (53.500)
Al rifirrafe con la consejera delegada de GM, Mary Barra, por los recortes de plantas y empleos, ha seguido la amenaza de obligarles a devolver la parte de dinero público para reflotar la industria americana del automóvil. “Si GM no quiere mantener sus empleos en EEEUU, deberían devolver el rescate de 11,200 millones de dólares que fue financiado por los contribuyentes estadounidenses”, ha dicho Trump en Twitter.
A ese tuit ha seguido otro, el último, más explícito: “con una tarifa del 25% a las importaciones, los automóviles se construirían en EEUU. Pónganse listos en el Congreso”. Es una amenaza más concreta, que afecta a la industria en otros países, pero singularmente a Alemania, el mayor exportador de vehículos a EEUU (en 2017 por valor de 157.000 millones de dólares), seguido por Japón (93.400) y la UE sin Alemania (53.500).
El informe del Departamento de Comercio, iniciado en mayo, es claro al poner de relieve un dato: que la industria de camiones pequeños y camionetas dio un vuelco en EEUU, tras el arancel del 25% a las importaciones, mientras que en el caso de los turismos, en cambio, las importaciones ha crecido del 32 al 48% en 20 años.
Los cierres en General Motors han activado la amenaza a las importaciones y contra la propia GM por las ayudas públicas
La razón que se esgrimió en el caso de los camiones pequeños fue la de la seguridad nacional, que tendría difícil encaje en el caso de los turismos, aunque la legislación americana no define la “seguridad nacional”, lo que da bastante flexibilidad al Departamento de Comercio.
Hay datos asombrosos, en cualquier caso, que afecta a GM, que ha acelerado el discurso de Trump, como el hecho de que venda más vehículos en China (4 millones de unidades) que en EEUU (3 millones).
La posibilidad de imponer aranceles a los vehículos europeos, en cualquier caso, tiene el contrapunto de lo que ha señalado anteriormente el propio Trump, en el sentido de que no tomaría esa medida mientras duren las negociaciones comerciales. En el caso de Japón, comenzaron a finales de septiembre.