El Gobierno iraní ha reconocido que Estados Unidos, en un ataque con drones, en el Aeropuerto de Bagdad, ha matado al general Kasem Soleimani, responsable de la fuerzas de elite de la Guardia Revolucionaria iraní y a Abu Mahdi Muhandis, jefe de las Fuerzas de Movilización Popular iraquíes.
Por orden directa de Trump, que responde así a los ayatolás, quienes, de forma chulesca, afirmaban, horas antes, que Trump “no podía hacer nada”. Al parecer, sí que podía. Ahora, los persas ya no se pitorrean pero claman venganza.
El bombardeo era la respuesta norteamericana al intento de asalto a la embajada en EEUU en Bagdad pero rompe la baraja en cualquier negociación de Washington con el chiísmo.
Eso sí, con misiles, no con comandos: con ello, Trump rompe cualquier puente con los chiítas y se arriesga a que el enfrentamiento estalle
Y también desvela que los iraníes campan a su anchas en el territorio de su antiguo enemigo, el Irak de Sadam Husein, al tiempo que apoyan al régimen de Bashar al Asad, en la propia Siria. Lo cual es muy raro, porque la desastrosa guerra de George Bush en Irak acabó con Sadam Husein pero fue victoria pírrica: lanzó el califato islámico (ISIS), mucho peor que Sadam, y ahora los que se enfrentan en Irak son rusos, persas, sirios, turcos, kurdos…
Insisto en que Trump se equivocó al apoyar a los sunitas árabes frente a los chiíes iraníes, porque el sunismo no es más pro-occidental, incluso es más fanático, que el chiísmo.
Ahora bien, tampoco puede permitir otra crisis de rehenes y otro asalto a embajadas, ahora no en Teherán sino en Bagdad.
Y lo más sorprendente: Washington imita ahora a Jerusalén. Los israelíes inventaron los homicidios selectivos, por ejemplo, en el propio Irán, cuando enviaban comandos para que acabaran con la vida de los técnicos nucleares de los ayatolás que desarrollaban la bomba nuclear.
Irán es el gran aliado de Moscú en el mundo árabe. Mantiene, también buenas relaciones con China
Éticamente el asesinato selectivo se puede defender, a fin de cuentas, origina menos muertes que un ataque masivo, donde siempre mueren militares y civiles inocentes e incluso los no concernidos, el que pasaba por allí.
Ahora bien, sigue siendo matar sin previa declaración de guerra. Sí, también existe la guerra civilizada, aunque lo mejor es evitar todo tipo de enfrentamiento bélico, por supuesto.
Por lo demás, Teherán debería dejar de tocar las narices lanzando a sus fanáticos contra la embajadas norteamericanas. Todo indica que los persas se han envalentonado y ahora quieren guerra. Y recuerden que el islam nunca ha tenido clara la diferencia entre la guerra y el terrorismo. Para muchos musulmanes, la guerra es una cuestión de familia.
Curioso: los medios occidentales han reaccionado con su habitual objetividad, que consiste en dar cinco minutos a los nazis y cinco a los judíos. Algunos de ellos, por ejemplo El País ha criticado duramente a Trump y recordado la oposición internacional que ha encontrado la medida. En efecto, China ¡menuda caradura!, Rusia y Siria le han criticado. Lógico. Más llamativo es que el melifluo presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, asegura que hay que evitar la violencia en las relaciones internacionales. Y entonces, campeón ¿para qué estás en la OTAN junto a los Estados Unidos?