El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se acoge a la británica expresión “esperar y ver” para concretar, más si cabe, los nuevos aires en la política monetaria, o lo que es lo mismo: el fin del ciclo alcista de los tipos de interés que comenzó en 2015. Es lo que se sustancia en los dos comunicados del regulador americano, tras la última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC).
La Fed será “paciente” -es la expresión que emplea- antes de enviar una clara señal en sentido contrario sobre los tipos de interés, dice en una nota, ahora entre el 2,25 y 2,50%. Y añade en otra que estará preparada para cambiar el ritmo de reducción de activos en bonos.
Powell contesta así a las presiones del presidente Trump, que se le había echado encima por las subidas anteriores, aunque dijo que “lo único que me importa es hacer el trabajo para el pueblo americano” o que “somos seres humanos y cometemos errores, pero no de temperamento o integridad”. Ojo, y contesta también al BCE, que no le secundó, como posiblemente esperaba, en la subida de los tipos.
El BCE no ha secundado a la Fed por las presiones de los gobiernos ante la crisis de deuda pública
Mario Draghi sigue en la política de tipos cero por las presiones de los gobiernos, cercados por la crisis para financiar la deuda pública (roza el 100% del PIB). Sólo ha seguido a Powell para poner fin al programa de compra de activos (el QE europeo) para salvar a la banca.
Así las cosas, ha dejado sin armas monetarias a la Fed para contener la fortaleza del dólar, o lo que es lo mismo: evitar luan penalización a la economía americana por el freno que eso supone a sus exportaciones, su gran fuerte.
Powell teme la fortaleza del dólar penalice a la economía americana por el freno a las exportaciones
La Fed, según el comunicado, cree que “lo más probable” es que sigan creciendo la economía y el empleo, pero añade unas incertidumbres crecientes no apuntadas hasta ahora, por “los acontecimientos económicos y financieros mundiales y las tenues presiones inflacionarias”. En ese escenario, las cosas cambian para un aumento de los tipos de interés, al tiempo que se admite una posible desaceleración económica mundial.