Primer semestre complicado para Tubos Reunidos, que ha cerrado los seis primeros meses del año con unas pérdidas de 22,1 millones de euros, un 86,1% superiores a las registradas un año antes y que alcanzaron los 11,9 millones.
Los datos remitidos por la empresa a la CNMV el lunes por la tarde muestran una empresa que, tras salvarse en el último momento gracias al acuerdo de refinanciación de la deuda, en junio, no ha encontrado aún la manera de despegar. Hay poco donde agarrarse: la cifra de negocios cayó un 17,6% hasta junio y el Ebitda registró pérdidas de 3,4 millones de euros (frente a los 14,3 millones positivos de 2018) debido, entre otros, al descenso de las ventas y a los menores márgenes por los aranceles en EEUU.
Al final, las pérdidas antes de impuestos fueron de 23,2 millones, un 58,6% superiores a las de junio de 2018, lo que se tradujo en unas pérdidas de 22,1 millones después de impuestos, un 86,1% superiores a las del ejercicio anterior.
Pero no todo es negativo si miramos la evolución trimestral de la compañía. Efectivamente, el segundo trimestre se cerró con 8,9 millones de pérdidas, pero mejoró en 4,4 millones el resultado alcanzado hasta marzo gracias, sobre todo, a la mayor actividad y a la mejora de los márgenes de los productos vendidos.
El reto es lograr que esa evolución, no solo se consolide, sino que se acelere en un contexto comercial que no invita al optimismo. Lo explica la propia empresa: “En todo caso, la guerra comercial sigue generando una situación de incertidumbre que ralentiza la toma de decisiones por parte de los clientes y se ve reflejado en la entrada de pedidos y en la actividad de las plantas”, señala el comunicado.
Y como los inversores no quieren sobresaltos, la cotización de Tubos Reunidos comenzó la sesión de este martes con caídas superiores al 9%, que luego se han ido suavizando ligeramente.