- El objetivo es que Sánchez fracase e ir a nuevas elecciones.
- Y además, don Mariano exige nombrar a su sucesor.
- Como sustituto, se mantiene la opción de García Margallo y, cómo no, la de Cristina Cifuentes.
- Ni el partido ni Rajoy quieren a Soraya.
- Pablo Casado sin el apoyo de Esperanza y con Aznar alejada, ha quedado arramblado.
La jaula de grillos del Partido Popular. Hasta el momento todos querían ganarse la confianza de Rajoy (
en la imagen), ahora todos le evitan. Dicho esto, aún queda la esperanza,
tenue esperanza, de que Pedro Sánchez no consiga formar gobierno.
La promesa de Rajoy es doble:
si Sánchez llega a La Moncloa él abandonará la Presidencia del PP. También está dispuesto a marcharse si se convocan nuevas elecciones con fecha prevista
el 19 ó 26 de junio -las convocaría él-. Ahora bien,
en ambos casos exige ser él quien nombre a su sucesor. Quiere arreglar cuentas con algunos a los que considera traidores.
La verdad es que Rajoy expresa esto en el
Comité de Dirección del Partido a sabiendas de que muchos otros, no presentes ni en él ni en la ejecutiva, no aceptarían condiciones. Pero todavía puede exigirlas.
Por ejemplo,
ni Rajoy ni Génova quieren a Soraya Sáenz de Santamaría como sustituta. La vicepresidenta no goza de simpatías ni en el Partido ni en el Gobierno. Ha pisado demasiados callos y mostrado su ambición durante toda la legislatura
y han sido constantes sus 'traiciones' a Rajoy en los momentos difíciles. La opción de Pablo Casado,
con Aguirre al borde del abismo y Aznar huido, ha quedado arramblada.
Las más lógicas son las de
García Margallo -a quien muchos de los próximos de Rajoy intentan convencer de que le ha traicionado- y Cristina Cifuentes,
la Choni más progre del PP que en cuanto descubre un posible caso de corrupción en sus filas pide la cabeza del susodicho
con voz más chillona que la del PSOE.
Pero es cierto que Rajoy
perdió su tren cuando renunció a dar la batalla de la investidura. De hecho, lo perdió mucho antes cuando, por ser desleal a sus principios, es decir, a los de sus votantes, los más fieles al pensamiento cristiano que originó el PP
decidieron darle la espalda. Y eso no se recupera en dos días.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com