El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido lo suficientemente astuto como para nombrar un Gobierno con mayoría femenina (11 mujeres sobre 17), con la vicepresidenta Carmen Calvo como figura emergente.
Ya saben, lo políticamente correcto, apoyado en la coerción de la ley, dictamina que si criticas a una mujer en el ejercicio de sus funciones políticas eres un machista. Conclusión: te conviertes en incriticable y en receptor de halagos. Verbigracia: en el aparato mediático todo son alabanzas para el combinado Sánchez y los conceptos más repetidos son los de rigor, europeísmo, modernidad, etc. ¡A ver quién se atreve a levantar la voz para contrariar a la atmósfera dominante!
Muchos de los nuevos ministros juegan ahora en la trinchera contraria
En cualquier caso, lo que resume a todas las nuevas ministras es su abortismo. Distintas regiones de procedencia, distintas profesiones, distintas especialidades pero con un común denominador: no son entusiastas del derecho a la vida del no nacido.
Por otra parte, la inclemente oposición del PSOE al Gobierno Rajoy le lleva ahora a incurrir en contradicción permanente. Un ejemplo: la ministra de Economía, Nadia Calviño, redujo la Política Agracia Común (PAC) y con ella, los fondos agrícolas para España. Ahora, tendrá que defender lo contrario desde esta parte del continente.
Común denominador de la mayoría femenina del Gobierno: todas son abortistas
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acusaba al ministro pepero Cristóbal Montoro de no atender las peticiones de más fondos para Andalucía, dentro de la financiación autonómica. Ahora será ella quien deba apretar el cinturón a los 17 gobiernos regionales.
Por lo demás, la idea de Sánchez es pasar un año con medidas cosméticas, particularmente de ideología de género, hasta las próximas elecciones.