- El jefe de Gabinete se ha convertido en pieza clave del Ejecutivo ¡Quién lo diría!
- Si se reactiva el caso Bárcenas con Rajoy como diana, el Ejecutivo podría recusar al juez De la Mata.
- Y Soraya y la Caracoles buscan su última posibilidad de echar a Mariano Rajoy.
- Y Pedro Sánchez se enroca: ¡No pasarán!
- Si se atreve, que Susana Díaz rompa el partido con votos pro-Rajoy.
- Y encima, con el reloj de arena cayendo, Sánchez retrasa la convocatoria del Comité Federal hasta el 1 de octubre.
Nadie lo podía pensar cuando llegaron al poder en diciembre de 2011 pero lo cierto es que el jefe de Gabinete de Presidencia,
Jorge Moragas (
en la imagen, a la izquierda), se ha convertido en la clave de la Presidencia monclovita. Él es el que soporta y mantiene en pie a un
Mariano Rajoy deprimido que quiere arrojar la toalla, cansado de lo que considera un todos contra Mariano.
Moragas, cuyo papel político ha consistido en actuar como traductor de inglés de don Mariano, no muy ducho en idiomas, es ahora
el escudo del presidente.
Por ejemplo, frente a
Soraya Sáenz de Santamaría y su mano derecha, jefa de Gabinete,
María González Pico, conocida como la
Caracoles. María ha convencido a Soraya de que esta es su última oportunidad para convertirse en la primera mujer presidenta del Gobierno de España.
Desde luego, si se cumple el
plan de Rajoy, que consiste en repetir como presidente y estar media legislatura, hasta que termine su horizonte penal, y luego convocar elecciones y retirarse -ojo, sin nombrar sucesor ni sucesora-
Soraya y la Caracoles saben que no tienen apoyos en el partido… ni en ningún otro sitio.
Por tanto, tiene que ser ahora o nunca. Para ello,
les vendría genial que se reactivara cualquier caso de corrupción, no del PP, sino que afecta directamente al presidente. ¿Cuál? El caso Bárcenas, naturalmente, y los posibles sobresueldos en B.
Por tanto, ningún intento periodístico o político, de cualquier partido de la oposición o del propio PP, puede terminar con la retirada de Rajoy. Ni tan siquiera con nuevas elecciones en Navidad. No, lo que podría acabar con Rajoy es un juez,
José de la Mata, sustituto del famoso
Pablo Ruz en la Audiencia.
Eso sí, Moragas está dispuesto a todo, y propone que en cuanto se vea si De la Mata toma ese camino, el Ejecutivo se apresurare a
recusar al magistrado, dado que fue director general del Ministerio de Justicia con
Rodríguez Zapatero y bajo la titularidad del peligroso
Francisco Caamaño.
Ahora bien, en esta España de ambiciosos y majaderos, la
investidura de Rajoy sigue dependiendo de que el PSOE permita que algunos de sus diputados (basta con 11) se abstengan en la siguiente sesión de investidura. Es lo que quiere buena parte del partido, pero ahí está lo bueno: que
Pedro Sánchez se ha enrocado. Insiste en un Gobierno de 'progreso', o sea el suyo, y está dispuesto a mantenerse en el
Frente Popular y la guerra civil si fuera necesario.
Es más, cuando se le dice que
diputados andaluces, manchegos, asturianos o extrememos podrían abstenerse y romper la disciplina del voto, responde, chulesco, que no se atreverán a ello si no quieren pasar por traidores al partido. Él está dispuesto a purgar a todos los disidentes. Es decir, a llevar al PSOE a la tumba.
Y
Sánchez se lo ha puesto aún más difícil a
Susana Díaz y a los barones para la ruptura. Retrasa hasta el
1 de octubre la convocatoria del
Comité Federal. Aún menos tiempo para llegar a un acuerdo para la investidura de Rajoy. Hay que reconocer que este chico no se levanta del sillón ni con agua caliente.
Y todo es bello e instructivo y, sobre todo, extraordinariamente pedagógico.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com