El juicio por la OPV de Bankia se ha convertido en una farsa. Es la culminación de un proceso continuado de justicia ‘revolucionaria’ que comenzara con la crisis de 2007. Alguien confundió al culpable: en lugar de ocuparse de los bancos centrales y de los operadores del mercado se centraron en los bancos. En España, encima, en la banda doméstica.
La acusación de los peritos del Banco de España se deshace: el déficit de las siete cajas de ahorros se cubrió en 2010
En cualquier caso, el caso de la OPV de Bankia bate todas las marcas. La obsesión del anterior juez, Fernando Andreu, y la de los peritos del Banco de España, especialmente de Víctor Sánchez Noguera, a quien la jueza Soledad Murillo, ha tenido que llamar al orden por algo muy parecido a la mentira: utilizar otros informes como argumento de autoridad… y citarlos mal.
Por lo demás, lo de siempre: los pequeños inversores ya han cobrado y los grandes están perdiendo los juicios
Sánchez y su compañero, Antonio Busquets, héroes para el juez estrella, Fernando Andreu, tampoco han logrado ni aproximarse al delito clave: falsedad contable. Es más, en los últimos días han tenido que aceptar que las provisiones exigidas a las siete cajas de ahorros agrupada en BFA, se cumplieron en 2010, cuando la salida a bolsa de las acciones de Bankia fue en junio de 2011.
Por lo demás, lo que ya hemos repetido en Hispanidad: los pequeños inversores ya han cobrado y los grandes están perdiendo los juicios. Pero, eso sí, los españoles, vía Bankia, ya nos hemos gastado 1.900 millones de euros en pagar a unos inversores aunque, muy probablemente, la Audiencia nacional decidirá que no teníamos que haberlo pagado. Una farsa de juicio extraordinariamente onerosa.
Y este juicio pone en solfa toda la Justicia 'revolucionaria' contra los pérfidos bancos
¡Guay de la justicia revolucionaria anti-bancaria!, que lleva instalada en España desde hace una década.