• La religiosa Guadalupe Rodrigo sale de la guerra por unos días para apoyar la campaña por los refugiados de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
  • "La única defensa para la población venía del ejército sirio y con Rusia se ha reforzado ese apoyo".
  • "Hay una gran ignorancia en Occidente sobre los rebeldes contrarios a Asad: su primer objetivo fue acabar con los cristianos".
  • "Cuando tomaron Alepo dieron dos opciones a los cristianos: convertirse al islam o morir decapitados". De los 150.000 de entonces, permanecen 50.000.
  • "La desaparición de los cristianos en Oriente Medio sería el suicidio de la Iglesia occidental".
Nada mejor que un testigo a viva voz para hacerse una idea de las dimensiones de un drama. Es ley de vida. También para saber lo que está pasando en Siria, donde el drama se viste de tragedia en lo que a la persecución de los cristianos se refiere. Este jueves y en Madrid, el testimonio lo ha servido la hermana María Guadalupe Rodrigo, una monja argentina que vive en Alepo, una de las ciudades sirias más castigadas por la guerra y también con mayor presencia de cristianos. La religiosa ha sido invitada por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), que aprovecha estos días para lanzar su campaña de Navidad a favor de los cristianos perseguidos y de auxilio a los refugiados, no sólo de Oriente Medio, la zona más azotada en estos momentos, sino de todo el mundo. El testimonio de la esta monja menuda (en la imagen), como digo, ha sido asombroso, sobre todo por el baño de realidad que implica. No ha dudado, en ese sentido, en dejar dos ideas claras: el alivio con el que la población ha recibido la intervención militar rusa, por un lado, y que la persecución a los cristianos, por otro, está en el origen mismo de los cinco años de guerra en Siria. Dos realidades que chocan con los tópicos que impone el pensamiento débil occidental (una excusa feliz, de paso, para mirar a otro lado) y que desvelan hasta qué punto ha sido fallida la acción militar emprendida en la zona por Estados Unidos. La fundación pontificia, por su parte, ha dado algunas cifras de su campaña "Una Iglesia de campaña con los refugiados en origen", con la que pretende ayudar a los refugiados y desplazados que ha provocado la guerra siria. Al fin y al cabo, lo que se ha empezado a visualizar en Europa desde este verano "es sólo la punta del iceberg" del mayor drama migratorio desde la II Guerra Mundial. Pero por cada refugiado que llega a Europa "hay 100 desplazados dentro de Siria y fuera de sus fronteras". En cifras, hay ocho millones de desplazados dentro del país y 3,8 millones que han huido. A Europa han llegado sólo 600.000, según los datos de Acnur. AIN ha agradecido las ayudas económicas recibidas, gracias a las cuales ha podido destinar 11 millones a paliar las necesidades de los refugiados. Hace diez años, en 2005, esa ayuda era de 600.000 euros. ¿Razones? "El empeño de la Iglesia, que siempre estará con los refugiados y el derecho a no tener que emigrar", ha explicado Raquel Martín, de AIN. Para esta fundación pontificia está igualmente claro que "la causa y solución de este problema está en origen", en este caso en Siria. La invitada este año para visitar España y concienciar del problema ha sido la monja argentina Guadalupe Rodrigo, del mismo modo que el año pasado lo fue el obispo de Mosul, Abel Nona, desplazado al Kurdistán iraquí junto a otros 120.00 cristianos. "No tenemos dudas de fe ante la posibilidad de ser asesinados por el Estado Islámico", explicó Nona a Hispanidad. Este año, ha completado ese inquietante relato -desde Alepo, donde vive desde 2011- la religiosa Guadalupe Rodrigo, que tiene muy claro que la razón de su existencia es ayudar a los cristianos que todavía  permanecen en esa ciudad en guerra. Por eso no ha dejado la ciudad  en la que habita desde entonces. Sólo se ha prestado a ser durante unos días el altavoz de la AIN. "Desde el principio de los enfrentamientos no han parado los bombardeos y los tiroteos. No recuerdo un solo día en silencio, es para enloquecer". Había 150.000 cristianos en Alepo en 2012; hoy se han reducido a 50.000. El testimonio de la religiosa, que pertenece al Instituto del Verbo Encarnado, ha tenido varias aristas en las que siempre se entrecruzaba la dura prueba que están pasando los cristianos en Oriente Medio. Y ha dejado muy claro, desde ese ángulo, que "la desaparición de los cristianos en esa región sería el suicidio de la Iglesia occidental". La interpretación de tan dura aseveración es doble, sobrenatural y humana. "Ahí están las raíces del cristianismo, está la Iglesia martirial, la sabia que alimenta al resto de los cristianos, y esa sabia, también allí, lleva a muchos a la conversión". Por eso, paralelamente, los cristianos deben seguir allí y cuando escapan, encima, "también son perseguidos en Europa, en los campos de refugiados, por otros musulmanes, afganos, iraquíes, paquistaníes…". La monja lo sabe porque son testimonios que llegan a las parroquías de Alepo. Guadalupe Rodrigo ha dejado muy claro que, en estos momentos, "los sirios han sentido como un alivio la intervención rusa". Si hasta ahora, la única defensa para la población venía del ejército sirio, con Rusia se ha reforzado ese apoyo". Y ha añadido que, gracias a la intervención de Putin, se han conseguido avances contra  los yihadistas que no se habían logrado en años. Desde esa consideración de la monja -que no es una politóloga, sino un alma de Dios- queda en entredicho la estrategia fallida impulsada por EEUU, aunque ha insistido en que "las intervenciones unilaterales no sirven. Es necesaria una alianza internacional lo más amplia posible y con el ejército local, por una cuestión de eficacia". Eso es justo lo que no quiere Obama. Hollande parece que lo empieza a entender. Y junto a esa idea, ha dejado claro también que la persecución a los cristianos está en el germen de la ebullición bélica en Siria, como en otras zonas de Oriente Medio. Ha quitado hierro, en ese sentido, a la idea occidental de que la estrategia de los rebeldes respondiera únicamente al deseo de arrebatar el poder al régimen laico del presidente Bashar al Asad. "Los cristianos de Alepo -ha explicado- fueron los primeros en el punto de mira de los rebeldes contra Al Asad. Es preciso decirlo. Hay una gran ignorancia en Occidente sobre esto. Entraron en la ciudad y las opciones que daban a los cristianos eran convertirse al islam o morir decapitados". Y a eso siguió después el señuelo de una oposición política contra el régimen, que se aprestaron a aplaudir los países occidentales, especialmente EEUU y Francia. Lo que ya empezaba a morir en ese conflicto era, paradójicamente, una convivencia pacífica de musulmanes y cristianos y la caída en desgracia de un país con un alto grado de bienestar social. "Todo cambió de la noche a la mañana, un Viernes Santo, con el ataque, sobre todo, de los barrios cristianos". Ese drama, en forma de persecución, no fue respaldado por los musulmanes de Alepo, acostumbrados a una fácil convivencia con los cristianos. "Hoy -ha añadido- esos mismos musulmanes lamentan que los cristianos puedan desaparecer por los valores de progreso que portan, en lo educativo, por ejemplo, y también por sus valores morales, como el perdón, algo incompresible en el islam". "Todos los días hay persecución contra los cristianos en Siria", ha añadido. Y ha puesto como ejemplo los recientes atentados en París, que ha lamentado con todo su corazón. Pero eso no quita lo otro: "Lo que pasó en París un día -ha dicho- ocurre todos los días en Siria contra los cristianos. Todos los días". María Guadalupe Rodrigo volverá a "su ciudad", Alepo, en unos días, tras prestar su colaboración a la iniciativa de Ayuda a la Iglesia Necesitada. ¿Tendrá miedo? Sí, pero también "siente una gracia especial de Dios".  Y esa certidumbre le dará fuerzas para seguir con los suyos, los cristianos amenazados. Volverá a sentir el silbido de las balas y de la metralla muy cerca, pero encontrará también, en forma de otro eco, lo que le han dicho los cristianos que todavía permanecen allí: "Si me levanto por la mañana es porque ustedes están aquí". Rafael Esparza rafael@hispanidad.com