En enero de 1973, Norma McCorvey, una madre soltera de 23 años, bajo el seudónimo ‘Jane Roe’ logró que la Corte Suprema de EE.UU. despenalizara el aborto en todo el país con el famoso caso Roe vs. Wade (Henry Wade era el fiscal que defendía la ley contra el aborto), recuerda El Universo.
Ahora, 46 años después, una ola de leyes antiabortistas en varios estados busca que se revierta el histórico fallo.
En las últimas semanas, Louisiana, Georgia, Ohio, Mississippi, Kentucky, Iowa y Dakota del Norte han aprobado la ley que prohíbe a las mujeres abortar una vez que se detecten “los latidos del corazón” del feto, lo que suele ocurrir a partir de unas seis semanas de gestación.
La de Alabama es la más estricta. El Senado de Alabama aprobó recientemente un proyecto de ley que prohíbe el aborto bajo casi todas sus causales. La medida incluye una disposición que permitiría el aborto solo en los casos en que “sea necesario para prevenir un riesgo grave para la salud de la madre del niño por nacer”. En este caso, el proyecto de ley define un riesgo grave para la salud como una condición que requiere un aborto "para evitar la muerte (de la madre) o para evitar un riesgo grave de deterioro físico importante de una función corporal". Es decir, que evita el coladero de las leyes de aborto de supuestos, donde en más del 95% de los casos se mata al niño por un supuesto peligro para la salud psíquica de la madre. Por ejemplo, peligro de que se deprima. La gobernadora de Alabama dijo que la nueva ley refleja el enorme valor que los residentes tienen hacia la “santidad de la vida”.
En 16 estados se busca imponer nuevas restricciones; mientras, los que trabajan en leyes antiaborto suman 28. En lo que va de 2019, según el Instituto Guttmacher, se han presentado 378 restricciones al aborto en todo el país.
Trump llevó dos candidatos provida al tribunal superior, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, y los progresistas son ahora una minoría de cuatro contra cinco
Se espera que las nuevas legislaciones pronto sean bloqueadas en los tribunales. Pero sus partidarios buscan ir más allá, planeando apelar esas decisiones hasta llegar a la Corte Suprema con la esperanza de alcanzar el objetivo de anular la legalidad del aborto.
Durante la campaña de 2016, Trump se aseguró el voto evangélico al prometer nombrar jueces contra el aborto en la máxima corte del país.
Trump llevó dos candidatos provida al tribunal superior, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, y los progresistas son ahora una minoría de cuatro contra cinco.
En contracorriente, los estados de Nevada y Vermont se aprestan a aprobar leyes que protegen el acceso al aborto.
A las puertas de un ambiente electoral, miembros de los dos partidos dicen que las leyes contra el aborto en estados gobernados por los republicanos serán un arma para los demócratas en las presidenciales.
El presidente republicano, Donald Trump, apuntó que aunque se opone al aborto no apoya a los legisladores de Alabama hasta tal extremo.