El beneficio de Arcelor-Mittal aumentó un 12,7% en 2018, hasta 4.533 millones de euros, a pesar de la menor producción de acero (-0,6%), gracias a los planes de ahorro, recorte de gasto y de eficiencia y la aportación de mineral de hierro (+0,7%).
A ese argumento se agarrado su presidente, Lakshmi N. Mittal (en la imagen), para defender los resultados anuales por la solidez desde el punto de vista financiero con una “sustancial” mejora de rentabilidad.
Lakshmi N. Mittal destaca el efecto balsámico del ajuste en los costes
La mejora en los ingresos por ventas ha sido del 10,7%, hasta 66.945 millones, y la del Ebitda, del 22% (9.038 millones), a pesar de la peor evolución en las ventas durante cuarto trimestre -es más visible la menor producción de acero (-3,6%), compensada con la mayor de mineral (9,8%)- no así en beneficio (+14,8%, 1.050 millones).
Respecto al nuevo ejercicio, las previsiones del grupo apuntan a una mayor demanda global de acero, que espera seguir combinando con las mejoras en el rendimiento operativo, aunque no se han disipado los riesgos asociados a la guerra comercial entre EEUU y China.
En cualquier caso, una tónica habitual en muchas multinacionales, últimamente: los ingresos se estancan pero el beneficio sube. Ergo, las ganancias se están consiguiendo a base de recorte de gastos, no de crecimiento.