El Tribunal Supremo asegura que no necesita aclarar nada ni al prior del Valle de los Caídos, el padre Santiago Cantera (en la imagen), ni a la familia Franco ni a ninguna fundación: el Gobierno socialista puede desenterrara a Franco cuando le apetezca. De hecho, Sánchez acudió al quite asegurando en la misma mañana del miércoles 9, que no en vano mantiene un pulso con un cadáver de hace 42 años, y aseguró que la exhumación era cuestión de días.
Mientras, los socialistas mantienen la asfixia económica de los benedictinos. Ya les deben 500.000 euros
Todo parecía listo para sentencia cuando, en estas, surge el prior de la abadía benedictina del Valle de los Caídos que conserva el Valle, el fraile Santiago Cantera, y asegura que él no le ha respondido al Supremo y que, además, allí no va a darse ningún desenterramiento para que se violenten lugares “sagrados” y que sólo el Vaticano puede ordenarle que acepte la exhumación. Lo otro es un atentado contra la libertad religiosa y el inicio de una obra de destrucción más total: convertir la basílica y la abadía benedictina en un parque temático antifranquista, derruir la cruz, que es lo que no soportan, además de, otro convencimiento del padre Cantera, un precedente peligroso en un país que ha vivido las profanaciones de templos y lugares sagrados por parte de socialistas, comunistas y anarquistas.
Sánchez no se queda aquí. Utilizará la profanación de la Basílica para derribar la cruz y como precedente para otras profanaciones de lugares "sagrados" por parte de la izquierda.
En el entretanto, Sánchez utiliza al asfixia económica. Los benedictinos cuidan todo el complejo, por lo que reciben una aportación de algo más de lo 320.000 euros anuales. Vamos que el Gobierno Sánchez ya le debe a los frailes del Valle más de 500.000 euros.