La dictadura de Nicolás Maduro continúa con peligrosas alianzas internacionales. Lo último ha sido permitir el aterrizaje del avión del líder del Ejército Nacional Libio (LNA), el rebelde mariscal Jalifa Hafter, recoge Panam Post.

El pasado 3 de junio, el diario The Wall Street Journal informó que Estados Unidos y otros países están investigando los lazos entre Hafter y la tiranía de Maduro, y un presunto viaje que realizó a Caracas el rebelde libio semanas atrás. Se desconoce qué hay detrás de dicho acercamiento.

El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, aseguró que la dictadura venezolana promueve el “financiamiento directo e indirecto del terrorismo producto del oro de la sangre” del que considera que se han beneficiado, entre otros, la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC.

Rusia y sus aliados apoyan a Hafter, tutor del Ejecutivo no reconocido por la comunidad internacional y del Parlamento electo en el este del Libia; mientras que Turquía es el pilar que sustenta al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), impuesto en 2016 por la ONU en Trípoli.

Estados Unidos y la ONU investigan el levantamiento de fondos de Hafter a través de «corredores emiratíes y Venezuela, de acuerdo con funcionarios estadounidenses, europeos y libios».

De acuerdo con el WSJ, Hafter busca acuerdos petroleros internacionales para ayudar a financiar su asedio a Trípoli

Venezuela está luchando por vender su petróleo crudo e importar gasolina y otros productos derivados del petróleo que el país necesita.

«Las sondas de Hafter son parte de una campaña internacional más amplia destinada a detener las ventas de petróleo del líder de la milicia, que espera convertir en una fuente clave de financiamiento para su asalto insurgente de 14 meses en la capital de Libia, Trípoli», informa el Journal.

Maduro se ha caracterizado por aliarse con peligrosos líderes mundiales relacionados al terrorismo y a tiranías.

Desde hace años le otorgó a Rusia el manejo del sector petrolero, ahora cuenta con Irán y con Turquía no solo para la comercialización de petróleo, sino también para triangulaciones ilícitas violando sanciones internacionales. Cuenta además con el respaldo del grupo terrorista Hezboláh, y las guerrillas colombianas FARC y ELN.

Y ahora, logra el acercamiento del rebelde libio desconocido por la comunidad internacional y con quien estaría negociando acuerdos petroleros.

En cualquier caso, recordemos, la tiranía de Caracas se ha convertido en el centro del comunismo bolivariano, que consiste en llegar al poder a través de las urnas y luego perpetuarse como sea.