• El régimen bolivariano nombrará nuevos magistrados en el Tribunal Supremo antes de entregar el Parlamento.
  • Quiere controlar ese tribunal para tumbar leyes de la nueva Asamblea Nacional, empezando por una Ley de Amnistía para liberar a presos políticos.
  • El bloque opositor ha logrado una mayoría cualificada de dos tercios, lo que le permite, por ejemplo, aprobar y modificar leyes orgánicas.
  • En el colmo del despropósito, Maduro pide a los ministros que presenten la dimisión para renovar su gabinete.
En Venezuela, según el último boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE), la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró 112 diputados (incluyendo a tres representantes indígenas) y el gobernante Partido Socialista Unido (PSUV), 55 escaños en las legislativas del domingo. De esta forma, el bloque opositor tiene una mayoría cualificada de dos tercios, con 112 escaños, en la Asamblea Nacional, superando por un amplio margen al oficialismo. Esa mayoría le permite a la oposición, por ejemplo, aprobar y modificar las Leyes orgánicas. En ese contexto, comienzan las maniobras del régimen chavista para no perder el poder y dar una especie de 'autogolpe' de Estado y conserver todo el poder posible. En concreto, el chavismo quiere controlar al Tribunal Supremo para poder tumbar leyes de la nueva Asamblea Nacional, empezando por una potencial Ley de Amnistía. Según explica El Mundo, la jugada es crucial: el Supremo, brazo judicial y constitucional del chavismo, ejercería como dique de contención ante las iniciativas legislativas de los opositores, empezando por la Ley de Amnistía. También sería fundamental ante un enfrentamiento entre los poderes ejecutivo y legislativo. Hace 12 años que no ha dictado una sentencia en contra de los intereses revolucionarios. Por eso, el presidente del Parlamento venezolano, el oficialista Diosdado Cabello, informó que antes de que asuma la Cámara de mayoría opositora, la actual Asamblea Nacional designará 12 jueces que serán juramentados este año, recoge Infobae. Y mientras, Maduro sigue delirando. Y en lugar de hacer autocrítica y dimitir él, lo que ha hecho es pedir a todos los ministros que presenten su dimisión para poder renovar el gabinete, añadiendo que para ello usará "el método Chávez". "Está abierto un debate para una renovación profunda de la Revolución", ha agregado. El presidente de Venezuela, además, ha advertido de que no aceptará ninguna Ley de Amnistía para los presos políticos, como reclama la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que ha logrado una mayoría cualificada de dos tercios en las elecciones parlamentarias, con 112 diputados, tal y como ha informado el diario venezolano 'El Universal'. El presidente también ha advertido de que no aceptará ninguna Ley de Amnistía para los presos políticos, como reclama la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Y eso suena muy antidemocrático, que es lo que es el chavismo. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com