- Los 545 chavistas de la Asamblea Nacional respaldan unánimes la iniciativa de Maduro.
- Los calificativos más suaves contra la oposición: arrastrados, lacayos, apátridas, delincuentes.
- Más; recriminan a la Mesa de Unidad Democrática de servir a un "guión imperial de golpe de Estado continuado".
- La excusa: les acusa de haber pedido y apoyado las sanciones económicas de Trump contra Venezuela.
La deriva dictatorial del presidente venezolano,
Nicolás Maduro, entra en combate ahora contra la oposición, el único resquicio de democracia en el país. Y cuenta para ello con la
Asamblea Nacional Constituyente, el brazo legislativo del régimen chavista, que ha aprobado ya que se abra un
"juicio histórico" contra los dirigentes opositores con la excusa de las sanciones decididas por
EEUU.
Los 545 chavistas de la
ANC obedecen así al Maduro, que ya había adelantado sus planes,
cuando entró en delirio, antes de que Trump anunciara las sanciones, en la misma línea que relevó en cúpula de compañía
estatal petrolera PDVSA, para responder a un
bloqueo naval, o anunció maniobras militares para estar preparados.
La ANC acusa de
traición, en concreto, a los dirigentes opositores por su cooperación al "
bloqueo financiero contra el pueblo" orquestado por EEUU, de acuerdo con el "guión imperial de golpe de Estado continuado".
Los calificativos empleados en el debate de la cámara para descalificar a los opositores de la
Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no son muy ingeniosos que se diga. Algunos de ellos: arrastrados, lacayos, apátridas, delincuentes, ultraderechistas, quintacolumnistas.
La presidenta del ese invento de cámara,
Delcy Rodríguez,
disparó directamente contra el opositor Julio Borges, presidente del Parlamento, que ya es investigado, por pedir a Goldman Sachs, en mayo, que no comprara
bonos de Venezuela. Ninguna alusión, claro, a la red de corrupción denunciada por la ex fiscal
Luisa Ortega,
al tirar de la manta desde fuera del país.
Es una medida más, de la ANC, después de haber
bloqueado las señales de las televisiones extranjeras o anuncian el
control de las redes sociales para acabar con las críticas al régimen.
Rafael Esparza