• El presidente ya anticipó la magnitud de su particular caza de brujas: dijo que Erdogan es "un niño de pecho frente a lo que va a hacer la revolución bolivariana".
  • El Gobierno da 24 horas de plazo a los funcionarios, "por su  su cercanía a la derecha", para que abandonen sus cargos. Afecta a cinco ministerios.
  • El número dos, Diosdado Cabello, ya amenazó al señalar que un tercio de los cargos de confianza de la función pública (unos 13.000) firmaron la convocatoria del referéndum revocatorio.
  • Paralelamente, el secretario de la OEA, Luis Almagro, constata "el fin de la democracia" en Venezuela, donde ya impera la "tiranía".
Maduro lanzó la semana pasada un aviso a navegantes: dejaría a Erdogan como "un niño de pecho" -por sus purgas, naturalmente- "frente a lo que va a hacer la revolución bolivariana si la derecha pasa la frontera del golpismo otra vez". Pues ya ven, dicho y hecho. El presidente venezolano ha dado el pistoletazo de salida a lo que ya es una purga en toda regla contra cualquier atisbo de disidencia dentro del régimen. Claro que la diferencia con Turquía es que aquí no ha habido un golpe militar, sino una iniciativa popular -perfectamente constitucional- que persigue la convocatoria de un referéndum revocatorio contra Nicolás Maduro. La reacción oficial, pues, ha sido fulminante. El dirigente Jorge Rodríguez ha anunciado este martes la expulsión inminente de todos los altos funcionarios incluidos en la lista de firmas que la oposición envío al Consejo Nacional Electoral (CNE) para sacar adelante la celebración del plebiscito. "Tienen 24 horas" para abandonar sus cargos, ha advertido Rodríguez a los directivos afectados, procedentes de un total de cinco ministerios. Básicamente, el político chavista entiende que estos empleados han reconocido su cercanía con "la derecha venezolana". Y ojo, porque esto puede ser sólo el principio, a tenor de su declaración de intenciones: "No puede haber en cargos directivos en ministerios, instituciones públicas, en gobernaciones y alcaldías personas que estén en contra de la revolución". Diosdado Cabello, vicepresidente del partido del régimen, apunta en esa dirección al exigir a la militancia oficialista que denuncie a cualquier persona contraria al Gobierno que desempeñe un puesto de poder en las instituciones del Estado. Además, Cabello ofrece una estimación de los afectados por esta purga en los Ministerios: confirma que casi un tercio de los cargos de confianza de la función pública (esto es, unos 13.000) secunda la celebración del revocatorio. Paralelamente, el secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha difundido una carta en Twitter donde constata "el fin de la democracia" en Venezuela, un país donde rige una "tiranía". En la misiva, Almagro señala que la ratificación de la condena contra Leopoldo López, el pasado 12 de agosto, es el "hito" que marca "la terminación del Estado de Derecho" en el país. "Estoy convencido de que no quedan razones jurídicas, políticas, morales o éticas para no pronunciarse y condenar a un Gobierno que se ha descalificado a sí mismo", valora. La desesperante crisis venezolana ha sido el principal caballo de batalla de Almagro desde que llegó a la Secretaría General de la OEA en mayo de 2015. Ha lanzado continuas críticas y denuncias al régimen bolivariano desde entonces. Aunque con esta carta ha dado un paso más. Daniel Esparza