• El presidente eleva su tono dictatorial en vísperas de la marcha que pedirá la celebración del revocatorio.
  • Presume de haber desbaratado un plan opositor para atentar contra los manifestantes e inculpar a la policía.
  • Encarcela a más disidentes y amenaza al resto: "Anuncio a los factores del fascismo que todo el que se coma la luz va a ir preso".
  • También quiere minimizar la repercusión de la marcha: prohíbe los drones para filmarla y deporta a más periodistas extranjeros.
  • La oposición sigue firme: promete que será "la movilización política más importante de nuestra historia reciente".
Nicolás Maduro está sacando toda su artillería para evitar la celebración del referéndum revocatorio en su contra. Primero entorpeció el proceso a través de su afín Consejo Nacional Electoral (CNE) y ahora intimida a sus impulsores. En este momento todos los focos están puestos en la manifestación de mañana en Caracas (prohibida por su alcalde) en favor de la convocatoria del plebiscito. La Iglesia Católica de Venezuela ha pedido al régimen que respete la "el legítimo derecho" de manifestarse. El presidente venezolano, preso de su paranoia, presume ahora de haber desmantelado un plan comandado por la oposición para atentar contras los manifestantes de las protestas de mañana e inculpar a la policía. Es su excusa para acusar a Leopoldo López de golpista y "agente de la CIA" y a su partido, Voluntad Popular (VP), de "brazo armado" del imperialismo. La Organización de Estados Americanos (OEA), entre tanto, acusa al mandatario bolivariano de amedrentar a la población. Pero él insiste en su teoría golpista, una premisa que está utilizando para detener opositores y amenazar a otros tantos. Si el lunes eran detenidos los dirigentes de VP Yon Goicoechea y Warren Jiménez, este martes ha sido arrestado el opositor Carlos Melo. Y a los que están libres, Maduro les avisa: "Todo el que se coma la luz va a ir preso, sea quien sea, así se lo anuncio a los factores del fascismo, del golpismo y de la violencia política". Además, Nicolás Maduro presiona por otra vía: tratando a toda costa de minimizar la repercusión de las protestas. Por eso no permitirá que la manifestación sea grabada por drones -prohíbe que cualquier objeto sobrevuele la zona- y ha deportado a los reporteros de Al Jazeera encargados de cubrir el evento. Pero ninguna de sus intimidaciones disuaden a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), impulsora de la manifestación, en sus pretensiones: "La Toma de Caracas (así la han llamado) será la movilización política más importante de nuestra historia reciente", ha prometido Jesús Torralba, su secretario ejecutivo. Daniel Esparza