El ecologismo imperante siempre oculta una verdad definitiva: lo verde es caro. La energía verde es carísima.
El precio de la luz se ha disparado en abril, cerrando en más de 64 euros por megavatio hora (MWh), superando incluso al del frío enero (60 euros(MWh). Y el motivo es ¡el precio del CO2, el cual está en un récord histórico (40 euros por tonelada)… por la especulación que hay con la elevada venta y compra de derechos de emisión.
El precio en el mercado mayorista de la luz es un 44% superior al de marzo y un 70% mayor al que tenía en abril desde 2015. El encarecimiento afecta a los más de 11 millones de hogares de la tarifa regulada (PVPC). Facua destaca que la factura de la luz ha subido un 46,4% y ha sido un factor clave en el repunte de la inflación en el cuarto mes (+2,2%).
Al hilo de esto, conviene recordar que para la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, la transición energética se centra en reducir emisiones y electrificar. Sin embargo, este último proceso es más caro que el carbono. Además, la descarbonización no sólo es electrificación sino mucho más. Claro que Ribera sigue empeñada en cerrar las nucleares, que no emiten CO2, por ejemplo. Debería escuchar más a los verdaderos expertos porque es una energía clave para luchar contra el cambio climático.