Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, anunció el nuevo sistema de subastas de renovables, con el que aspira a impulsar aún más la energía verde. Sin embargo, parece que sólo contentará a los adjudicatarios… y que el cliente, o sea, el consumidor, como siempre, pagará el pato.
A las comercializadoras no les ha gustado el nuevo sistema, según ha recogido Cinco Días, que ofrecerá una rentabilidad garantizada a los ganadores de las subastas. Así, si el precio que reciben por vender su energía es inferior al del mercado, repercutirá la diferencia a la comercializadora… y esta, a su vez, se lo acabará cobrando al cliente.
En horas con abundancia de energía renovable, se trasladará un precio superior; y en las de escasez, uno más bajo. Al revés de lo que sucede ahora
Asimismo, las comercializadoras alegan que en las horas con abundancia de energía renovable (en las que tradicionalmente había precios muy bajos porque no necesitaban que los ciclos combinados entraran en el pool), el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) trasladará un precio superior, mientras que en las horas de escasez de energía renovable, cuando los ciclos combinados entrarían en el pool y por tanto, marcarían precio (situación en la que los precios hubieran sido altos), se repercutirá al consumidor un precio más bajo, pues se devolverá la diferencia entre el precio de mercado y el garantizado en la subasta.
Parece que en todo caso, la energía verde seguirá engordando su elevada factura: desde 2004 nos ha costado a los españoles más de 50.000 millones de euros, según un estudio del sector.