El excomisario José Villarejo ha presentado un nuevo escrito a la Audiencia Nacional para apuntalar su versión sobre los atentados del 11-M. Según el exagente encubierto, los peores atentados de la historia de España se organizaron en el castillo que el rey de Marruecos Mohamed VI tiene a 80 kilómetros de París y las pruebas obran en poder del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Villarejo mantiene que el CNI interceptó comunicaciones de dos espías galos, a los que identifica con nombres y apellidos, tras una de esas reuniones, informa El Español.
Desde la prisión madrileña de Estremera, el excomisario insiste en vincular parte de las operaciones que investiga la Audiencia Nacional en su contra con supuestas pesquisas sobre el 11-M. A finales de febrero, el expolicía envió un primer escrito al Juzgado de Instrucción Número 6 en el que mantenía que los servicios secretos franceses y marroquíes estaban detrás del atentado que causó 191 víctimas mortales en España. Da la casualidad de que el magistrado encargado de investigarle, Manuel García-Castellón, instruye además la única causa que permanece abierta sobre los atentados del 11-M; una pieza que investiga la presencia de ADN sin identificar en el piso de Leganés donde se suicidaron los terroristas de Madrid.
Las pruebas obran en poder del Centro Nacional de Inteligencia (CNI)
Ahora, casi un mes después de ese primer escrito, Villarejo aporta nuevos datos para apuntalar su versión. Así, el excomisario explica que tras el incidente de Perejil, en el que España tuvo que expulsar a un grupo de militares marroquíes del islote, arrancaron los contactos entre enviados galos y marroquíes. "Muchos de ellos celebrados" en un castillo propiedad de Mohamed VI "llamado Chateau de Betz" y ubicado "a unos 80 km de París”, añade El Español.
Según Villarejo, en 2002 "se produjeron" en la finca "continuos intercambios de agentes y/o mensajeros, con los propios hermanos del monarca alauí, Mulay Rachid y Layla Mariam, esta última muy controlada por el servicio secreto francés".
En su escrito al juzgado, Villarejo mantiene que el CNI recogió información de estos encuentros y en especial unas "notas internas que se interceptaron al responsable de la Dirección General de Seguridad [el servicio secreto francés] con informaciones recogidas del jefe de Inteligencia Exterior marroquí, Ahmed El Harchi y el subjefe de la policía secreta, Bembrahim, sobre impresiones de ambos después de uno de los viajes a París".
En un apartado de su escrito, el excomisario mantiene que estos contactos no solo fueron reales, sino que fueron filtrados a la prensa y publicados en medios de relevancia nacional. Y es cierto. En noviembre de 2006, el diario El País desveló la existencia de dichos documentos, que fueron publicados en un libro editado en Francia por los periodistas Catherine Graciet y Nicolas Beau.
En su crónica sobre el libro, el diario español explica que un día después de que los españoles desalojasen a los soldados marroquíes del islote de Perejil, la hermana del rey de Marruecos recibió un mensaje urgente de Jacques Chirac: "Es ahora o nunca cuando hay que actuar para oponerse a la penetración española en Marruecos". "A continuación se puso en marcha una estrategia para alcanzar ese objetivo", refleja el documento de la inteligencia gala reproducido en el libro periodístico, recoge también El Español.