- El grupo se derrumba en bolsa (-20%) tras admitir que engañó a las autoridades sobre los límites en la emisión de gases en varios modelos diésel.
- Es un grave problema para el fabricante: una multa de 18.000 millones superaría en 5.000 millones los beneficios de un año.
- Y es también un grave 'contratiempo' para el consejero delegado, Martin Winterkorn, airoso tras la batalla librada contra Piëch.
- Winterkorn entona un rápido 'mea culpa' (¿comienza el ocaso de su carrera?) y promete una investigación a fondo.
- El fabricante alemán se juega mucho en el mercado americano, donde intentaba remontar en ventas para superar a Toyota.
- Y la 'bomba' le puede estallar también en Europa: el Ministerio de Medio Ambiente germano ya ha anunciado investigaciones.
Volkswagen se está derrumbando en bolsa (cae en torno al 20%) después de admitir, este domingo, que amañó el programa informático en varios modelos, entre 2009 y 2015, para ocultar las emisiones de
gases contaminantes a la agencia americana encargada de la protección medioambiental (la EPA, por sus siglas en inglés). Vamos, un
engaño en toda regla. Con la caída de hoy, las acciones acumulan una pérdida próxima al 27%.
El fraude se fraguaba en las mimas pruebas, de tal modo que no se midieran correctamente los gases reales que emitía el vehículo. Y esos gases, una vez que el modelo funcionaba ya en las carreteras, podían llegar a expulsar hasta 40 veces más de contaminación del nivel permitido.
La falta, en consecuencia, es gorda, pero no tanto por la cantidad a la que pueda ascender la
multa (en torno de los 18.000 millones, 5.000 millones más que el beneficio de 2014), como por el
daño reputacional para el fabricante germano en un mercado clave como el americano. Es precisamente en EEUU donde Volkswagen intentaba remontar en el
duelo en ventas con el
número uno, la japonesa
Toyota.
General Motors, en tercera posición, no le preocupa.
El desastre para el grupo alemás, así las cosas, puede ser el mayor desde el protagonizado con el ingeniero español, ya fallecido,
José Ignacio López de Arriortúa, conocido como
Superlópez, que le salvó de los números rojos pero le provocó también una de las más agrias disputas con General Mortors.
Arriortúa fue contratado en 1996 por Volkswagen después de haber trabajado durante años en General Motors, grupo en el creció hasta ser su jefe mundial de compras. Una vez
fichado por VW, la compañía norteamericana acusó al español de fraude, espionaje industrial y robó de documentos. Y el proceso no se cerró hasta 1998, tras un acuerdo entre las dos multinacionales. VW se comprometió a pagar 100 millones de dólares y a comprar componentes a la compañía americana por valor de otros 1.000 millones para zanjar el asunto.
El daño reputacional es también lo que más teme el propio consejero delegado de VW,
Martin Winterkorn. Por eso se ha visto obligado a entonar un rápido
mea culpa. Y a nadie se le oculta que podría erosionar también su liderazgo en el grupo,
a pesar de la derrota definitiva de su gran rival Ferdinand Piëch, que le ha dado todo el poder. Piëch no ha dicho nada de momento, pero en esos años (2009 en adelante) era uña y carne con Winterkorn.
El consejero delegado ha lamentado "profundamente haber decepcionado a nuestros clientes y a la opinión pública" y ha asegurado que se ha iniciado una investigación a fondo para encontrar el origen del engaño deliberado.
La investigación afecta a vehículos emblemáticos de la firma, como
Jetta,
Golf,
Passat o
Audi3. En todos ellos se manipuló la medición de las emisiones mediante la aplicación de
software engañoso, como denunció la EPA. El regulador pidió por ese motivo que se revisaran 482.000 modelos diésel de VW y Audi, advirtiendo que se trata de "una violación muy seria, ilegal y una amenaza para la salud". Todo eso sucedió en junio. Las consecuencias las comenzamos a conocer ahora.
Y después de Estados Unidos, podrían llegar las investigaciones en Europa. El Gobierno alemán ya se ha dado la primera pista este lunes, al señalar, a través del portavoz del Ministerio de Medio Ambiente, que también "se puede investigar si ha habido manipulaciones similares con los sistemas de emisiones en Alemania y Europa".
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com