The Walt Disney Company es la compañía de medios y entretenimiento más grande del mundo, un imperio que se ha agrandado aún más tras comprar 21st Century Fox. Pero como bien saben, tristemente, se parece poco a la que antaño era la multinacional de la inocencia creando contenidos para la infancia: ahora le gusta su perversión al apostar a lo grande por la ideología de género (feminismo y homosexualismo), panteísmo y por supuesto, nada de Dios.
¿El motivo? La compañía es una fiel seguidora del pensamiento políticamente correcto que impulsa el Nuevo Orden Mundial (NOM). Así, la mayoría de sus contenidos están lejos de ser una propuesta inocente de entretenimiento y están más cerca del adoctrinamiento.
Un ejemplo se puede ver en la serie Andi Mack que emite el canal televisivo Disney Channel para adolescentes entre 9 y 14 años: retrata por primera vez el descubrimiento de la identidad sexual con Cyrus, el primer personaje gay, que expone su condición a sus amigos y el nombre del chico que le gusta, pero en la tercera temporada, aparecerá otro chico dando lugar a la primera pareja gay (ver vídeo).
Sigue el pensamiento políticamente correcto que impulsa el NOM: los contenidos no son una propuesta inocente de entretenimiento, también adoctrinan
Pero a veces, parece que las historias traspasan la pantalla, porque el joven actor que interpreta a Cyrus, Joshua Rush (que en unos meses cumplirá 18 años), acaba de anunciar que es bisexual y lo ha hecho en su Twitter. Claro que eso no es todo, porque en otros tuits ha animado a sus seguidores (76.800) a realizar donaciones para Gay and Lesbian Alliance Against Defamation (GLAAD) y The Trevor Project, dos organizaciones dedicadas a apoyar a la comunidad LGTBQ. Rush no es el primero -ni será el último- intérprete de Disney Channel que anuncia su condición sexual a bombo y platillo: recientemente la actriz Bella Thorne ha anunciado que es pansexual, es decir, que le da a todo, pelo y pluma.
En los dibujos animados de Disney Channel también se ve la ideología de género: la serie Star vs. Las Fuerzas del Mal se ha colgado la ‘medalla’ de tener al primer personaje bisexual. Y es que Disney es más que una compañía ‘gay friendly’, pues ha tenido su propio desfile del Orgullo LGTBI, a pesar de las miles de firmas en protesta, y tras lanzar el tráiler de Frozen 2, que se estrenará en otoño, cobraron fuerza rumores de que Elsa será lesbiana e incluso se vieron los colores de la bandera bisexual -rosa, púrpura y azul- en un corazón. Además, en 2020, estrenará Jungle Cruise, su primera película con protagonista gay.
En la factoría de Mickey Mouse, tan aficionada al progresismo ideológico, gusta mucho el feminismo, como se pudo ver en la película para niñas Frozen y más recientemente, en Toy Story 4, donde se ha vestido con pantalones a la pastora. Asimismo, se ha contagiado del movimiento ‘#MeToo’, al tachar al capataz de Toy Story 2 de acosador. Y cómo no, se oculta a Dios (en Frozen se prohibió la palabra Dios y en la película biográfica Tolkien se marginó el catolicismo del autor de El hobbit, El Señor de los Anillos y El Silmarillion) y gusta mucho el panteísmo (El Rey Léón, Pocahontas, Avatar), además no hay que olvidar que el presidente y CEO, Robert Iger, es un estadounidense de origen judío y que Qatar es accionista desde marzo de 2016.
Entre octubre y junio, gana un 2,68% pero ingresa casi un 12% más, después de que en el tercer trimestre no cumpliera las expectativas: el beneficio bajó un 40%, mientras los ingresos se dispararon un 33%
Walt Disney tiene el aval de los resultados económicos para seguir con la perversión de la infancia. En los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal (octubre-septiembre), ha ganado unos 8.940 millones de euros, un 2,68% menos tras adquirir 21st Century Fox, pero ha facturado 45.123 millones (+11,8%) gracias a los buenos datos de taquilla.
En el tercer trimestre, Disney no ha cumplido con las expectativas de los analistas: el beneficio ha sido de unos 944 millones, un 40% menos que hace un año, por “nuestros “esfuerzos para integrar los activos de 21st Century Fox para potenciar y avanzar en nuestra transformación estratégica”, ha explicado Iger. Por su parte, los ingresos se han disparado un 33%, hasta los 20.245 millones: concretamente, los de Media han ascendido a 5.999 millones (+21%); le siguen Parques temáticos, con 5.900 millones (+7%); Consumo e Internacional, que ha pasado de 738 a 3.451 millones; y Estudios de cine, con 3.433 millones (+33%).
Ahora Disney está centrada en el lanzamiento de sus plataformas de streaming (Disney+ y ESPN+) para competir con Netflix
Ahora Disney está centrada en el lanzamiento de sus plataformas de streaming (Disney+, que llegará el próximo noviembre, y ESPN+) para competir con Netflix. Además, ofrecerá la suscripción a un paquete que integrará los contenidos de Disney+, ESPN+ y Hulu por 12,99 dólares (11,58 euros) al mes, entre los que se incluirán películas de Marvel y de Pixar, así como contenido propio.
En la factoría de Mickey Mouse abunda el pensamiento políticamente correcto, cayendo incluso en la estupidez, y la ideología de género, sin embargo faltan nuevas ideas. Esto también se daba en sus orígenes de la compañía que crearon los hermanos Walter Elias y Roy Disney en 1923: la primera película, Blancanieves y los siete enanitos, se estrenó en diciembre de 1937, años después de que salieran un cortometraje animado, una película muda y una obra en Broadway sobre este cuento de los hermanos Grimm.
En la factoría de Mickey Mouse, faltan nuevas ideas: saca tajada de sagas como 'La Guerra de las Galaxias', superhéroes y de clásicos animados en versión de acción real
Entre las historias de princesas que Disney ha llevado a la gran pantalla, con mayor o menor acierto, muchas se han inspirado en cuentos: Cenicienta en el de los Grimm, La Sirenita en el de Hans Christian Andersen, La bella y la bestia en el de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, La Bella Durmiente en el de Giambattista Basile y Rapunzel (protagonista de Enredados) en los de Basile y los hermanos Grimm. Como ven, originalidad al poder. Claro que ahora la cosa no ha mejorado: se sigue sacando tajada de los clásicos animados en versiones live action (acción real, o sea, versiones en carne y hueso), que tiene entre los últimos ejemplos a Dumbo, Aladín y El Rey León, pero que sumará muchas más próximamente (Mulán, La dama y el vagabundo, etc.) y algunas dedicadas a los villanos (Maléfica 2: la amante del mal o Cruella). Entre los estrenos futuros, Disney seguirá explotando las sagas de La Guerra de las Galaxias, superhéroes, Avatar e Indiana Jones. Además, entre las novedades, o no tanto, también están: Artemis Fowl, basada en la novela homónima de Eoin Colfer; El arte de vivir bajo la lluvia que se inspira en la novela de Garth Stein y está protagonizada por un perro que dará lecciones a los seres humanos; o la versión de West Side Story que dirigirá Steven Spielberg, que adaptará el musical y la película estrenada en 1961.