El presente ejercicio será inolvidable para Xiaomi debido a la pandemia, naturalmente, y también porque está siendo un año en el que no le podían ir mejor las cosas.
Si hace unos días supimos que había escalado hasta el tercer puesto en el ranking de ventas en el mundo -adelantó a Apple- y en Europa -adelantó a Huawei-, en la tarde del martes conocimos que los ingresos se dispararon un 35% en el tercer trimestre, hasta los 72.200 millones de yuanes (en euros, unos 9.300 millones), por encima de las estimaciones de los analistas, que habían cifrado la facturación en 70.000 millones de yuanes.
Un crecimiento “histórico”, según la compañía, que se debió al impulso de los mercados extranjeros, principalmente el europeo, y, cómo no, a la caída de ventas de Huawei, castigada por el Gobierno de EEUU.
Al final, esa facturación record se tradujo en un beneficio después de impuestos de 4.100 millones de yuanes (525 millones de euros), un 18,9% superior al de 2019.