Ayer comenzó en Antigua, Guatemala, la XXVI Cumbre Iberoamericana, la reunión de los jefes de Estado y ministros de Exteriores de Iberoamérica, España y Portugal, con la presencia de Felipe VI y Pedro Sánchez, recoge La Voz de Asturias.
La cumbre está marcada por los grandes movimientos migratorios en toda la región y sobre los cuales se firmará una posición conjunta. Y es que más de dos millones de venezolanos han dejado su país debido a la crisis política, económica y social, mientras que ayer mismo comenzaron a llegar a Tijuana los mayores grupos de la caravana de migrantes centroamericanos, conformada por unas 6.000 personas que huyen de la pobreza y la violencia. Y al menos otras 40.000 personas han dejado Nicaragua y se han refugiado en Costa Rica, por miedo a la represión del Gobierno de Daniel Ortega tras las protestas que han dejado al menos 322 muertos desde abril, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Pero, sobre todo, el objetivo de la Cumbre de este año es fijar una hoja de ruta común para conseguir satisfacer, en el 2030, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Esos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU incluyen la promoción del aborto, la anticoncepción y la ideología de género. Es decir, los objetivos del Nuevo Orden Mundial, implantar en todo el mundo políticas contrarias a la ley natural.
Entre los objetivos, se menciona en varias ocasiones el acceso universal a la salud reproductiva
Y es que el 25 de septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaba la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la que se incluían 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas. Entre estos objetivos se menciona en varias ocasiones el “acceso universal a la salud reproductiva”, recuerda Forum Libertas. En el Objetivo 3 de esa lista se incluye garantizar, de aquí a 2030, “el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y educación.”
De igual manera, el Objetivo 5 -“Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas”- establece que se deberá “asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos según lo acordado de conformidad con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing y los documentos finales de sus conferencias de examen.”
¿Pero qué significan o qué implican realmente los términos “salud sexual y reproductiva” y “derechos reproductivos” o formulaciones similares utilizadas con frecuencia por la ONU, gobiernos y agencias internacionales? Un informe elaborado por Voice of the Family explica que “el término acceso universal a la salud sexual y reproductiva incluye el acceso universal al aborto y la anticoncepción”.
Este informe señala que la definición de “salud reproductiva sexual y derechos reproductivos” aceptada por los estados miembros de las Naciones Unidas -con algunas excepciones- se encuentra en el Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas en el Cairo (1994).
Diferentes gobiernos y organizaciones internacionales están promoviendo de forma agresiva los programas de “educación sexual comprensiva” en las Naciones Unidas, y también a través de otras instituciones.
Estas directrices sugieren que los siguientes conceptos deberían enseñarse a los niños que se encuentran en edades desde los cero años
Los “estándares para la educación sexual en Europa” de la Organización Mundial de Salud son un claro ejemplo de los objetivos de dichos programas. Estas directrices sugieren que los siguientes conceptos deberían enseñarse a los niños que se encuentran entre las siguientes edades:
Este programa, que ha sido utilizado en al menos 150 países alrededor de todo el mundo y en 50 estados de Estados Unidos, promueve inmorales y destructivas prácticas, incluyendo el aborto, la anticoncepción, la prostitución, actos homosexuales y masturbación. En 2030 pretenden haber incrementado el número de niños sujetos a programas que amenazan su salud física, psicológica, intelectual y espiritual.