En el más estricto sentido de la palabra, las negociaciones entre Euskaltel y MásMóvil ni siquiera han comenzado, lo que no significa que la operación no se vaya a llevar a cabo a medio o largo plazo. De hecho, ya hablan directamente sobre ello. Y es que a los dos accionistas de referencia les interesa: Providence (MásMóvil) quiere vender y Zegona (Euskaltel) quiere comprar para expandirse por toda la geografía española.

Estamos, insisto, en una fase muy preliminar, entre otras razones porque Zegona debe afrontar primero dos retos imprescindibles para avanzar. El fondo británico, que posee el 15% de Euskaltel, solo por detrás de Kutxabank (21,3%), está pendiente de la opa parcial que ha lanzado sobre el 14,9% del capital, y que espera concluir durante la primera semana de febrero. Si lo logra, pasará a controlar la operadora con el 29,9% y podrá llevar a cabo su intención de expandir la cablera del norte por el resto de España.

La compra respetaría la intención de la CNMC de que existan cuatro operadores con cobertura nacional

El segundo reto es, si cabe, más difícil todavía y consiste en encontrar compañeros de camino para la expansión. Es decir, encontrar nuevos socios -fundamentalmente institucionales- para financiar la adquisición de MásMóvil. Eso le va a costar. Por un lado, porque hablamos de muchos millones -MásMóvil supera los 2.000 millones de euros en capitalización bursátil- y, por otro, porque el PNV, que controla Kutxabank, no quiere vender.

Sea como fuere, la compra de MásMóvil por Euskaltel todavía no está en los papeles, aunque sí en las conversaciones. Tiene todo el sentido industrial del mundo, responde a los intereses de los accionistas de referencia de ambas compañías y, no menos importante, respetaría la intención de la CNMC de que existan cuatro operadores con cobertura nacional.