- Al Qaeda y el Daesh han aprovechado la guerra civil desatada por la intervención saudí para ganar terreno en amplias zonas del sur y el sureste.
- Todos ellos están dominados por los musulmanes sunitas, frente al grupo rebelde hutíe, de confesión chiita.
- La situación de los cristianos, en ese escenario de confrontación, es "terrible y muy difícil", asegura el padre Michael P. O'Sullivan.
El grupo yihadista
Estado Islámico (EI) aprovechó una vez más el caos que impera en
Yemen para golpear en Adén y causar el atentado más sangriento del año en la ciudad costera del sur. Un conductor kamikaze
logró burlar las medidas de seguridad de una base en la que entrenan nuevos reclutas y se inmoló en su interior. Las últimas cifras elevaban a 71 el número de muertos y a
98 el de heridos en una acción que el EI reivindicó de manera inmediata y que sigue el patrón de operaciones suicidas que se han repetido en Irak desde la invasión estadounidense de 2003, informa
Diario Sur.
Los yihadistas difundieron a través de la agencia Amaq fotos de su «mártir» identificado como Abu Sufyan al-Adani, un joven de Adén, natural del distrito de Mansoura. Las víctimas son jóvenes que se preparaban para formar parte de las fuerzas armadas leales al presidente
Mansour Hadi y que cuentan con el respaldo de la coalición militar liderada por Arabia Saudí.
Y es que en Yemen, hace poco más de un año comenzó una guerra civil entre los partidarios del presidente
Abdo Rabu Mansur Hadi- que cuenta con el apoyo de Arabia Saudí- y el grupo
rebelde chií de los hutíes, fieles al antiguo presidente del país más pobre del Golfo Pérsico, en el que ciudades enteras han sido demolidas.
Es decir, que hay que tener en cuenta que tanto Arabia Saudí como el Estado Islámico están dominados por los musulmanes
sunitas. Mientras que el grupo rebelde de los hutíes es
chií, es decir, la otra facción del Islam.
Tanto el EI como
Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) han aprovechado la guerra civil desatada por la intervención saudí en marzo de 2015 para ganar terreno en amplias zonas del sur y el sureste del país.
Ambos grupos han firmado los recientes atentados sufridos en Adén, el principal puerto yemení y sede provisional del Gobierno de
Abd Rabbo Mansur Hadi, quien aún permanece exiliado en
Arabia Saudí al igual que muchos de sus ministros, añade
El País.
Y en ese contexto, según informó
El Mundo, dentro de la población civil, la situación de los
cristianos -que conforman una minoría, al igual que en otros países como Túnez o Argelia- es "terrible y muy difícil", aseguró el padre
Michael P. O'Sullivan, administrador financiero del Vicariato Apostólico de Arabia del Sur, durante una visita a Madrid.
En la actualidad, este sacerdote gestiona la relación administrativa con la religión católica desde su sede en Dubai (Emiratos Árabes Unidos), mientras se ocupa igualmente de otros países del Golfo como
Omán y Yemen. "En la actualidad siguen existiendo iglesias en Yemen. Tenemos cinco sacerdotes allí, aunque uno de ellos, desgraciadamente, ha sido secuestrado, pero creemos firmemente que sigue con vida". Se refiere al padre salesiano Tom Uzhunnalil, que fue secuestrado el pasado 4 de marzo en Adén (Yemen).
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com