(12-IX-2006)
Virgen María: Tu tiempo de rezar es sagrado. Aunque te reclamen, este es tu tiempo para Dios. Tú lo necesitas y Dios te necesita. Los tuyos te necesitan centrada en Dios. El tiempo que tú dedicas a Dios no es tiempo perdido. Es tiempo ganado para que luego, el día esté centradísimo en Dios y cada cosa la hagas con equidad y el espíritu en paz. Verás cómo el día te cunde más y adquiere otra dimensión. Si hay en el día algo que os impide tener el tiempo para Dios, sabed que debéis dejarlo, aunque sea muy bueno en apariencia.