(7-VI-2001)
Jesús: Los días se sucederán sin que hagáis caso de los signos de los tiempos. Y cuando parezca que todo está en calma vendré yo, separando los buenos de los malos, arrastrando al malvado al infierno y construyendo con el bueno mi Reino en la tierra. Los temerosos sean grandes santos; los tibios se vuelvan fervorosos; los fervorosos santos. Que toda carne secase con su Hacedor, que todo espíritu se reconcilie con el Espíritu, que todo adulto se vuelva niño. Y los orgullosos y altaneros servidores de todos los demás.